El continente se dirige hacia una división asimétrica en la que los precios estén homologados en los diferentes países, pero no así los salarios

 

El ministro de Trabajo ha insistido en la necesidad de que haya una contención salarial en España para poder seguir compitiendo con el resto de países europeos y del mundo, y por ello cada día se va acercando más a la postura tomada por Angela Merkel, y seguida rápidamente por la patronal, de ligar los salarios a la productividad. Aunque todavía deja algún espacio a ligarlos al IPC, ya que la productividad no puede alejarse de la evolución de los precios, porque los salarios sirven para vivir.

En una cosa tiene razón Valeriano Gómez y es que los salarios sirven para vivir. Pero actualmente, si se bajan los sueldos, parece claro que eso no es posible. La razón es que los precios se quieren homologar a los del resto de Europa, por lo que no dejan de encarecerse, sin embargo, como ya se ha publicado anteriormente en Hispanidad, los salarios medios son muy dispares. De esta manera, lo único que se va a lograr es construir una Europa asimétrica dividida entre ricos y pobres -aunque eso ya existía-.

Si se pide una moderación salarial, también tendría que producirse una moderación en los precios, de manera que el nivel de vida corresponda al salario. Lo que no se puede es pedir esfuerzos añadidos pero luego seguir maltratando a los ciudadanos con subidas de impuestos, o precios elevados por impuestos increíbles (como sucede con el precio de los carburantes). Hasta entonces hablar de bajar los salarios es de risa, cuando los españoles son de los más bajos de Europa.

Andrés Velázquez

andres@hispanidad.com