Consejo de Ministros tenso, aunque sin perder las formas. El vicepresidente se impuso al titular de Industria. No habrá recortes en la tributación de hidrocarburos; si acaso se estudiarán subvenciones. Zapatero dio la razón a Solbes. Pero la situación de los sectores pesquero, transportista y agrario es tan desesperada que no van a aceptar migajas. Solbes impone su máxima de que él es quien lidera la política económica

La política económica la dirijo yo, señaló Solbes antes del inicio de la legislatura. Un anuncio de la más que privisible bronca con Sebastián. Este viernes se ha materializado por vez primera en la reunión del Consejo de Ministros. Solbes se niega a aceptar la propuesta de Sebastián de rebajas siquiera temporales en la fiscalidad de hidrocarburos. Y eso a pesar de que por vez primera la recaudación ha caído en medio de subidas salvajes de los precios.

La bronca ha sido elegante, pero bronca. Finalmente Zapatero ha dado la razón a un Solbes que ofrece vagas promesas de ayudas. Pero los pescadores no van a aceptar migajas. Y Sebastián tampoco se va a quedar tranquilo.

Este viernes los pescadores se han manifestado frente al antiguo Ministerio de Agricultura. Se trata del primer paso en un paro de toda la UE en la exigencia de ayudas al sector. Piden rebajas de la imposición del gasóleo. La situación actual resulta desesperada. ¿Qué hace el Gobierno? Palmadita en la espalda. Comprensión, toda; ayuda, ya veremos. Esta es la filosofía Solbes reiterada a medio día de este viernes. Estamos dispuestos a echar una mano en la medida de nuestras posibilidades. Es todo lo que ha llegado a decir. Equivalente a nada.

Así se entiende el malestar de unos pescadores que se encuentran encendidos, en pie de guerra. Consiederan un insulto que Espinosa les dijera que había que acostumbrarse a operar con el petróleo caro. Pero sobre todo, consideran una deslealtad que el Gobierno resucitara los expedientes sancionadores de 2005 por bloquear los puertos. Unos expedientes sobre los que el Gobierno se había comprometido a archivarlos. Así que están dispuestos a todo: bloqueo de puertos de nuevo, generando problemas en los suministros. No se puede engañar a todos al mismo tiempo. (Zapatero dixit).

Desde luego, se muestra contrario a la rebaja de la fiscalidad de los hidrocarburos. Afirma que la UE ha establecido unos mínimos y que nosotros estamos todavía por debajo de esos mínimos. O dicho de otra manera: no va a bajar la fiscalidad, sino más bien lo contrario. Y eso a pesar de que por primera vez la recaudación de hidrocarburos ha caído un 3,1% en medio de una subida salvaje del crudo.

Bajar la fiscalidad es una línea equivocada porque -argumenta el vicepresidente- si bajamos la fiscalidad  se incrementará la demanda, introduciendo más tensión en el mercado. Un argumento discutible porque en Estados Unidos la fiscalidad es infinitamente más baja que en la UE y no por eso se tensiona la demanda.

¿Qué hará entonces el Gobierno? Buscar fórmulas alternativas para echar una mano. Lo mismo que no decir nada. Los populares ya han presentado una proposición no de ley pidiendo al Gobierno que recorte las cotizaciones a la Seguridad Social de manera temporal, así como que incentive avales para los préstamos contraídos por los pescadores con su garantía personal.

¿Qué opina el Gobierno? Nada. La secretaria de Economía del PSOE, Inmaculada Rodríguiez Piñeiro, elude pronunciarse sobre el particular. Dice que no conoce la propuesta popular, pero añade que el Gobierno está estudiando fórmulas para apoyar al sector pronto. ¿Cuánto es pronto? No sabemos. ¿Qué hay del escaso margen de medidas discreccionales anunciado por Solbes? Pues eso, que el vicepresidente no está dispuesto a soltar la chequera. Y menos en un entorno donde el supèrávit es cada día más lejano habida cuenta de la caída de la recaudación.