España anda escasa de héroes, pero ahora ya contamos con una nueva heroína a la que admirar. Y todo gracias a la TV particular de ZP.

La cosa ha sido así. Una asociación contra el maltrato animal ha preparado concienzudamente un asalto a una granja de pollos, algo que, por los definitorios prolegómenos, podemos considerar el enemigo a batir, el malvado explotador de pollos.

Las cámaras nos muestran a nuestra heroína, explicando que han encontrado gallinas muertas entre las vivas, en condiciones de lamentable hacinamiento. Nuestra comprometida muchacha nos explica que les han quebrado el pico a los pollos, lo cual es "como si nos amputaran un brazo sin anestesia" ¡Qué horror! ¿Cómo puede existir tanta crueldad en el mundo?

Finalmente, nuestro animalario comando, nos ha mostrado los pollos que han logrado salvar de una muerte segura en aquel campo de exterminio.

Pero no todo podía salir bien. Aunque una cámara de TV es hoy más importante que un kalasnikov los hay que no respetan ni lo más sagrado. Por eso, cuando concluían su labor, llegaron los malos, es decir, los propietarios de la granja que, con un lamentable desprecio a unas mínimas normas democráticas la emprendieron a golpes con nuestros héroes y golpearon al cámara de la TV pública que interpuso la justa, justísima, demanda ante los energúmenos. Dado cómo tratan a los pollos ¿qué puedes esperar de estos salvajes? Los muy canallas les echaron con saña y grosería propias de plebeyos.

Fue en ese momento cuando recordé que, durante mi niñez, las madres reservaban la comida de lujo, el pollo, para el domingo, no todos. Pero entonces llegaron estos desalmados, esclavistas de pollos, y el preciado manjar se convirtió en el más barato de todos, accesible a las clases populares.

Y también recordé que el sufrimiento del hombre y del animal, incluido el pollo, que es un tipo listo, difieren en que el animal sólo siente el dolor, mientras que el hombre es consciente del mismo. Pero es posible que me equivoque. Les preguntaré a los del maltrato animal.

Por lo demás, yo también levanto mi voto contra unos miserables que han obligado a la TV pública, la legal, a violar sin permisos una propiedad privada, grabar en director el robo y practicar la connivencia con los ladrones. No les quedaba otro remedio si querían salvar a unas pobres gallinas moribundas.

Todo sea por la liberación del pollo.

Eulogio López