Los británicos distinguen entre funcionarios y asesores. Es más, en los ministerios británicos apenas existen cargos de libre designación. El asesor de imagen, y poco más. El ministro es el único cargo político. Más: para un político británico sólo existen tres posibilidades, el de ministro, el de diputado o, el más suculento y menos comprometido, el de miembro de una Comisión independiente. Por lo demás, de ministro abajo todos son funcionarios, a quienes el ministro puede cambiar de lugar, pero no usurpar sus galones, sus salarios y sus prebendas. Los políticos se imaginan que marcan las líneas maestras (o eso creen ellos) y los funcionarios las ponen en marcha.
Pero Zapatero no romperá la tradición española. Entre cargos del partido, antiguos felipistas y concesiones a los barones regionales, Zapatero prepara un incremento de cargos de confianza.