• A cuenta de la prima de riesgo, Mariano Rajoy empieza a sufrir las primeras traiciones en el aparato del PP. Ocho meses después de la mayoría absoluta ya es un fracasado.
  • A Piqué le apoyaría CIU y el PP catalán, cada día más ahogado. Se vendería como la incorporación de CIU a la gran alianza PP-PSOE.
  • Por pura casualidad, Felipe González reaparece para hablar de "pacto nacional". Todo sea por resucitar el moribundo PSOE de Rubalcaba.
  • Gallardón siempre está dispuesto a ser presidente del Gobierno, pero sólo si Mariano tira la toalla.
  • Y Javier Arenas sigue intentando una previa remodelación del Gabinete, donde él entre como vicepresidente.

Ocho meses después de obtener la mayoría absoluta, aún más holgada que la de Aznar en 2000, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ya es un fracasado, no sólo para muchos de sus electores, sino también para muchos miembros del PP. Fuentes del Partido Popular, especialmente las que se quedaron fuera del Gobierno, ya no disimulan sus críticas al líder y hablan de alternativas.

Todo ello alrededor de la excusa de un Gobierno de salvación nacional, un pacto de Estado, un Ejecutivo de concentración. Cómo no, ha sido Felipe González quien ha lanzado la idea de un "gran acuerdo nacional", justo el día en que todo Occidente pretende que España sea intervenida por Alemania, es decir, por Europa.

Naturalmente, lo que le interesa a Felipe González es revitalizar al PSOE de Rubalcaba, moribundo a pesar del desastre del Ejecutivo.

Ahora bien, si la victoria tiene muchos padres la derrota es huérfana. Las encuestas ya comienzan a enfilar hacia abajo, y es entonces cuando se han despertado los demonios dormidos en el Partido Popular.

A día de hoy, al menos tres hombres quieren suceder a Rajoy por la vía del Gobierno de unidad nacional.

El primero es Josep Piqué, inasequible al desaliento, hoy presidente de Vueling y del Círculo de Economía, cuenta con el apoyo del CIU de Artur Mas y con la simpatía en el PP catalán de Alicia Sánchez Camacho, porque lo cierto es que el PP se está quedando sin aire en Cataluña: apoya a CIU en el Parlamento mientras este proporciona patadas a Rajoy en el Congreso madrileño. Piqué, además, cuenta con su esposa, Gloria Lomana (ambos en la imagen), en la Dirección de Informativos de A-3 TV, se supone que el único canal progubernamental existente y que ya intentara situarle como vicepresidente económico.

Además, el Pacto de Estado a Piqué no sólo aportaría la alianza PP-PSOE sino la aportación de CIU. Ya saben, por responsabilidad política.

El segundo postor es Javier Arenas. Tras perder Andalucía, Arenas intentó sustituir a Dolores de Cospedal como secretaria general del PP. Ahí vino la bronca, pero de ahí también surgió la idea de la fértil mente de doña Dolores: para apartarle de Génova no tuvo mejor ocurrencia que proponerle como vicepresidente del Gobierno. Mariano no tragó pero Arenas sigue en la brecha.

Por último, el convidado previsible a la orgía antimarianista es el titular de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, quien, si la patria se lo reclama, estaría dispuesto a ofrecerse como hombre de consenso para el Gobierno de coalición. Eso sí, jamás lo haría, por supuesto sin la aquiescencia de Rajoy. Al menos aquiescencia oficial.

No, en ningún modo: no piensan en una alianza conspiratoria Pique-Gallardón aunque éste fuera el oficiante del segundo matrimonio de aquél. Eso no tiene nada que ver.

Y todo esto en ocho meses. Qué no ocurrirá cuando lleven un año en el poder.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com