Telefónica mantiene conversaciones con Bellsouth para hacerse con sus activos iberoamericanos, que no son pocos. Durante el año 2003, la teleoperadora norteamericana facturó en el mercado 2.297 millones de dólares y obtuvo un beneficio de 161 millones dólares. El precio manejado en la negociación, 5.500 millones de dólares, supone 31 veces el beneficio actual. Un precio elevado, si tenemos en cuenta que Telefónica cotiza a un PER esperado en el año 2004 de 18,01 veces.
Además, Bellsouth opera como operador secundario frente al antiguo monopolio que es siempre Telefónica, salvo en el caso nicaragüense y venezolano. Es decir, que la amenaza de Bellsouth no es muy significativa. Más relevante resulta la posibilidad de que América Móvil o Telecom Italia se hicieran con el paquete de activos latinoamericanos de la compañía. Quizás para evitar la competencia, Alierta está dispuesto a ofrecer un sobreprecio por sus participadas iberoamericanas. Recordemos que Villalonga abonó un 40% de prima en la Operación Verónica, que permitió el control total de las filiales hispanoamericanas del Grupo Telefónica.
La apuesta de la "Verónica" fue un verdadero ejercicio de audacia de el "mago". También lo fue el desembarco en México de la mano de Motorola, cuya división hispanoamericana controlaba Paulino R. Barros. Curiosamente, el mismo hombre que ahora preside la división hispanoamericana de Bellsouth. La exitosa experiencia de la venta de la filial mexicana de Motorola seguramente esté en el subconsciente de las negociaciones actuales.