Sr. Director:
Presentada por el Ejecutivo como una fórmula para eliminar discriminaciones, la Ley de Igualdad de Trato ofrece perfiles muy negativos desde el punto de vista del Estado de Derecho.
Lejos de ser una ocurrencia inocua, la ministra Leire Pajín pretende colar algunas normas con una fuerte carga ideológica. Es el caso de la posibilidad de discriminar a los centros educativos que no sean mixtos, una opción perfectamente legal y legítima pero que viola al parecer algún dogma ideológico del socialismo posmoderno. Rodríguez Zapatero no solo no escarmienta, sino que reincide en sus guiños al radicalismo en forma de falsa ingeniería social.
Presentada por el Ejecutivo como una fórmula para eliminar discriminaciones, la Ley de Igualdad de Trato ofrece perfiles muy negativos desde el punto de vista del Estado de Derecho.
Lejos de ser una ocurrencia inocua, la ministra Leire Pajín pretende colar algunas normas con una fuerte carga ideológica. Es el caso de la posibilidad de discriminar a los centros educativos que no sean mixtos, una opción perfectamente legal y legítima pero que viola al parecer algún dogma ideológico del socialismo posmoderno. Rodríguez Zapatero no solo no escarmienta, sino que reincide en sus guiños al radicalismo en forma de falsa ingeniería social.
José Morales Martín