Tengo la impresión que con la supresión del concierto a los centros educativos de diferenciada, el Gobierno, además de crispar -nos va bien que haya un poco de crispación-, pretende distraer.
En este caso el ataque distractor viene contra los colegios de educación diferenciada, alegando que segregan al alumnado por tratarse de centros donde estudian chicos o chicas en lugar de hacerlo conjuntamente, y se perpetra desde el talante del Ministerio de Sanidad e Igualdad, desde donde se pretende suprimir -todavía más- la reducida libertad de enseñanza de nuestro país, impidiendo la educación gratuita hasta los 16 años de los hijos de las familias que eligen esta modalidad pedagógica, reconocida por la Constitución y por la ONU.
Con ello se ataca a las familias más humildes, que no podrán costear el tipo de educación elegida. Por supuesto, todo es -una vez más- una gran mentira rodeada de gran aparato mediático y apoyada por las organizaciones amigas y obedientes de siempre como pretenden imponer nuevamente su ideología.
Jesús D Mez Madrid