El mundo al revés: le apoyan los republicanos y mientras los demócratas le niegan su favor

Obama puede pasar a la historia como el presidente que quitó las tropas de Iraq y las metió en Afganistán.

Nadie entiende al líder norteamericano Barack Obama. Durante la campaña electoral prometió que sacaría las tropas norteamericanas de Iraq y reduciría la presencia estadounidense en Afganistán. Sin embargo, tras más de seis meses en la Presidencia la realidad es bien distinta. Obama ha retrasado la salida de las tropas de Iraq hasta 2012 -cuando en la campaña electoral aseguró que las sacaría en 16 meses- y ha aumentado el número de tropas en Afganistán.

Pero parece que el inquilino de la Casa Blanca está dispuesto a aumentar de nuevo las tropas en el país afgano tal y como informa el New York Times. Ahora bien, este proyecto del líder afroamericano es bastante complejo. Primero, porque los estadounidenses están hartos del conflicto en Afganistán y esto se refleja en una encuesta de la CNN recogida por Univisión que muestra cómo el 57% de los estadounidenses rechazan la Guerra de Afganistán y con ello todo lo que sea aumentar tropas y material en la misma. Y también, porque esta actitud agresiva en Afganistán le puede hacer perder su fama de líder pacifista.

Además, podemos ver que el actual presidente, a pesar de su talante pacifista, comete el mismo error que su antecesor en el cargo, George W. Bush, ya que ambos siguen la misma estrategia en Iraq y Afganistán: matar moscas a cañonazos. Los talibanes golpean y se esconden.

Esto es un error, ya que el problema de la guerra en este siglo, no radica en ganar el conflicto armado, eso es fácil -Bush derrocó a Sadam Hussein y venció a su ejército en apenas un mes-, lo difícil es la posguerra, es decir, la lucha contra los terroristas que ponen bombas y se esconden detrás de la población civil, con lo que es casi imposible acabar con ellos, salvo que a la hora de acabar con estos criminales, mueran muchos inocentes con ellos. Ese fue el error de Bush y el error al que se encamina a pasos agigantados su sucesor en el cargo.

Además de que esta medida de Obama va a resultar muy impopular -ya que los americanos están hartos de ver en la televisión como soldados de su país mueren cada día-, tampoco va a gozar de gran apoyo en el Congreso y el Senado, ya que es muy probable que sólo los republicanos apoyen la medida del presidente, mientras que sus compañeros de partido se van a oponer. Precisamente, uno de los primeros en oponerse a este proyecto de la Administración Obama, ha sido el senador demócrata por Wisconsin, Russ Feingold, que ha afirmado que los americanos no pueden tolerar más tropas para una guerra que no se puede ganar.

Por tanto, vemos que el Presidente Obama está demostrando una gran incoherencia durante su mandato, ya que durante la campaña electoral se manifestó en contra de la política exterior de George Bush y, sin embargo, hoy por hoy su política exterior se asemeja mucho a la de su antecesor.

Gabriel López

gabriel@hispanidad.com