Es algo evidente en el caso de España, con más de un millón de cofrades en las más de 7 mil hermandades y cofradías registradas.
Su presencia es muy visible en las procesiones de Semana Santa pero su actividad continúa a lo largo de todo el año mediante obras de caridad o la formación cristiana de sus miembros. Es cierto que en algunas cofradías la identidad cristiana se ha debilitado mucho.
Es un gran reto al que prestan gran atención los obispos, especialmente en aquellos lugares donde están más extendidas estas realidades. Lo que no se debe hacer, en ningún caso es desdeñar estas formas de piedad popular, como si fueron un fenómeno meramente folclórico sin consistencia real.
Si durante las grandes persecuciones la piedad popular fue determinante en muchos países para mantener viva la fe, hoy las hermandades y cofradías son, cuanto menos, un dique frente al secularismo que pretende erradicar de la vida pública cualquier presencia de la fe.
Valentín Abelenda Carrillo