El ministro de Industria y Energía, José Montilla, no da por perdida la OPA de Gas Natural sobre Endesa. Es más, su plan sigue adelante, y consiste en lo siguiente: creación de dos grandes empresas energéticas: la catalana y la vasca. La catalana, alrededor de La Caixa-Repsol-GN-Endesa. La vasca, alrededor Iberdrola con la defensa de la BBK (brazo armado nacionalista), y si se llevara a efecto la fusión, las otras dos cajas vascas. Y la tercera, se la dejaría a nuestros hermanos lusos: la eléctrica EDP, la petrolera GALP y, atención, Unión Fenosa. En definitiva, Montilla sacrificaría Fenosa a cambio de que los portugueses de EDP, dueños de Hidrocantábrico, no se convirtieran en los defensores de Endesa en Europa. Fenosa, asimismo, dejaría de apoyar a Endesa.
De ahí la presión sobe Emilio Botín. Montilla quiere que Botín venda su participación del 22% en Unión Fenosa a EDP, que no en vano Portugal forma parte del mapa político socialista, desde la llegada al poder de José Sócrates. Además, Fenosa controla Galicia, con lo cual, la geografía eléctrica de la compañía pública portuguesa estaría en su mejor momento. Y los inversores gallegos no podrían paralizar el proceso, tendría que sumarse a ellos. Recordemos que Caixa Galicia posee el 9% de Fenosa y quiere llegar al 10, que Caixanova posee un 4% y sigue comprando y que el Pastor está en el 3%. Además, Caja de Ahorros del Mediterráneo está también en el 4%. Botín, eso sí, tiene un problema: sólo cuenta con cuatro consejeros.
Ahora bien, venderle Fenosa a los portugueses es, de alguna manera, vendárselo a los italianos. Nos explicamos: ENI, la gran petrolera (estatal) italiana es el socio de referencia de la petrolera portuguesa GALP, con la que quiere fusionarse EDP. No sólo es ENI posee el 50% de Unión Fenosa Gas y sus compañeros de armas la eléctrica, asimismo estatal, la italiana ENEL- es socio de Fenosa en renovables. En definitiva, Montilla estaría reglando Fenosa a empresa pública portuguesas e italianas. Todo ello, ciertamente, en aras de la libre competencia. Ni que decir tiene, que Montilla cuenta con el apoyo leal de un izquierdoso reconocid el exconsejero delegado del Santander Central Hispano, Ángel Corcóstegui, representante de la petrolera GALP en España. No, no va cobrar por la gestión 110 millones de euros.
Como el destino gusta jugar con los mortales, resulta que a las 11 de la mañana, en Bruselas, comenzaba la visa de las autoridades bruselinas sobre el proceso de fusión entre la eléctrica EDP y la petrolera Galp, ambas portuguesas, ambas monopolísticas en sus zonas de cobertura. Porque en Europa, no nos engañemos, en materia energética siguen funcionando los monopolios públicos, con la excepción de España, un país tan, tan liberal, que parece medio tonto.
Así, con tal de hacer su INI catalán, Montilla estaría dispuesto a sacrificar Fenosa como moneda de cambio. De esta forma, el apoyo que ahora mismo Endesa recibe de Fenosa (fagocitada), HC (controlada por EDP), y Riesgo (propiedad de ENEL) quedaría en nada. Se podría cambiar el signo de los tiempos que, ahora mismo, corre a favor de Endesa y en contra de Gas Natural. Y no corren contra el operador porque la operación sea mala (la OPA es rácana, pero la operación es buena), sino porque hasta el más pro-socialista o pro-catalanista de los operadores, le produce un reconcomio, una sacudida, un latigazo, actitudes como la del presidente del regulador bursátil, Manuel Conthe, una especie de árbitro que acude a rematar el corner lanzado por el opador.