• Entre 1990 y 2012, las plantillas de la minería del carbón han pasado de 45.000 a 4.000 trabajadores.
  • La edad media de prejubilación es de 44 años, y la mitad de los prejubilados cobra 2.100 euros.
  • Victorino Alonso (en la imagen), el empresario que anima las algaradas, ha recibido en esos años 2.110 millones de euros para su grupo empresarial.
  • La minería del carbón recibirá 656 millones de euros. Es el negocio más subvencionado... salvo el de la energía verde.

 

La Marcha Negra del carbón, que desde Asturias, León y Aragón llega esta semana a Madrid se ha convertido en una gran estafa, por falta de información al ciudadano. Sin duda, los mineros están realizando un esfuerzo para llegar andando a Madrid, pero las ampollas de los pies no justifican una negocio que, en efecto, debería haber echado el cierre tiempo atrás y que ahora se ha convertido en el arquetipo de sectores económicos mantenidos artificialmente por subvenciones públicas que no hacen otra cosa que alargar su agonía y paralizar el espíritu emprendedor de regiones como Asturias.

Las cifras: desde 1990 la plantilla del carbón ha pasado de 90.000 empleados a poco más de 4.000. Por una parte, se han subvencionado las prejubilaciones, verdadero cáncer del déficit público español. El 48% de los prejubilados lo hicieron a los 44 años, y la mitad e ellos perciben unos 2.100 euros mensuales. Así las cosas, el coste media de dichas prejubilaciones entre 2006-2008 para el conjunto de los trabajadores ha salido por 433.000 euros a las arcas públicas.

Pero lo peor no es eso, sino las subvenciones de las que, para un negocio muerto,  se benefician  los empresarios de la minería. Victorino Alonso el gran patrón privado del carbón, que es quien anima las algaradas y la marcha negra, ha recibido,  desde 1990, 2.1O0 millones de euros en subvenciones públicas, de un total de 5.492 millones de euros recibidos por el sector. Por todos los conceptos y siempre desde 1990, el año en que se demostró que el carbón nacional no tenía ningún futuro, los españoles hemos enterrado 24.000 millones de euros.

Comparemos con otras áreas subvencionadas, en la convicción de que no se debería subvencionar ningún sector económico. Desde luego, la banca menos que ningún otro.

Como recuerda el ministro Soria, el carbón es el sector económico más subvencionado de todos: 655 millones de euros este año frente a los 450 millones de euros que percibe el turismo, que representa un 12% del PIB español. Bueno, me corrijo: el sector más subvencionado es de las carísimas energías verdes, cuya broma nos sale por más de 5.000 millones de euros anuales. Y, en efecto si se mantienen en la próxima reforma energética esas subvenciones, los mineros se cargarán de razones, aunque no de razón.

Pero quizás lo peor de todo sea la anulación del espíritu emprendedor en Asturias. Los mineros han planificado su vida en la mina, vida laboral corta y sin alternativas. Conclusión: los fondos para reactivar las comarcas mineras se quedan sin cubrir, especialmente aquellos que implican, junto a la subvención pública, la aportación de capital privado.

No nos engañemos, la principal estafa de esta marcha negra sobre Madrid, consiste en que los beneficiarios no serán los trabajadores de sector, sino los empresarios subvencionados. Son los sindicatos los que aparecen pero son los patronos quienes les alientan.

Miriam Prat

miriam@hispanidad.com