La compañía entonces presidida por Gonzalo Pascual convenció a la Generalitat que de El Prat podría convertirse en un 'hub' si lo dejaban en sus manos

Cuando los suecos de SAS pusieron en venta Spanair, Iberia pujó por ella, pero el Gobierno español, por mor del Ministerio de Fomento, departamento regido por Magdalena Álvarez, vetó la compra. El presidente de la Generalitat, José Montilla, se oponía, entre otras cosas porque el Tripartito soñaba con establecer en el aeropuerto de El Prat un 'hub' y relegar a Iberia, cuya bandera española siempre les ha resultado muy insultante.

Gonzalo Pascual, entonces presidente de Spanair, había convencido a Montilla de que Barcelona podía convertirse en un nuevo Barajas, con el apoyo de Lufthansa, la aerolínea alemana de Star Alliance.

Luego vino la desilusión, porque los alemanes dijeron que sí, que utilizarían Barcelona, pero seguirían empelando Francfurt como su sede principal, por la que deberían pasar los vuelos que salieran de El Prat, incluso con destino a América.