El nuevo gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO), busca la privatización de las cajas de ahorros con el mismo ahínco que lo hizo Rodrigo Rato con el PP, y al igual que Rato, no está dispuesto a reconocerlo. Oficialmente, tanto uno como otro sólo animan a las cajas de ahorro a que emitan acciones sin voto, cuya modalidad más conocida son las cuotas participativas. Pero todo el mundo sabe que las acciones sin voto, al igual que la conversión en fundaciones, no son sino el primer paso hacia la conversión de las cajas de ahorros en sociedades anónimas.
Pues bien, la primera caja del sector, La Caixa, ha reiterado una y otra vez que no emitirá las famosas cuotas. Para responder a Rato, que reguló este activo aunque ya estaba regulado por Solchaga- en febrero de 2004, las asambleas de La Caixa celebradas ese mismo año, así como en 2005 denegaron el permiso al consejo de administración para emitir estos títulos, lo que puede comprobarse en los informes de buen gobierno corporativo referentes a estos dos años. Y lo mismo ocurrirá cuando se publique el informe correspondiente a la asamblea de 2006.
Sorprende esta curiosa coincidencia entre izquierda y derecha para obligar a cambiar a un sector que no desea cambiar y al que le va muy bien tal como está.