El juez asegura que no le informaron de las características del producto y, en consecuencia él pensó que estaba invirtiendo en un depósito a plazo fijo.
Por tanto, nada que decir sobre su caso... aunque sí sobre sus palabras: Castro anima a otros suscriptores de preferentes a ir a los tribunales, porque somos ahorradores, no inversores".
Pues no, señor Castro: usted es un inversor como la copa de un pino. Invirtió en preferentes porque le ofrecían más dinero. Ciertamente, si no le informaron de las contrapartidas ha hecho usted muy bien en acudir a los tribunales y ahora lo hará en reclamar lo que le deben. Pero no es un ahorrador, es un inversor.
¿Y el matiz es importante? El matiz es vital. Desde Hispanidad hemos defendido una y otra vez que el Estado, es decir, el conjunto de los ciudadanos, deben hacerse cargo de los ahorros, es decir, de los depósitos de un banco en quiebra. Pero, ojo, no de las inversiones. El inversor asume un riesgo porque desea más rentabilidad. Pues bien, ha perdido: los ciudadanos no tenemos por qué pagarle lo suyo.
Y si los tribunales le dan la razón y aseguran que en la sucursal no le informaron de los pormenores, castíguese al banco, no al conjunto de los ciudadanos. Y si el inversor ha sido bien informado y ha perdido, pues entonces ni ciudadanos ni bancos tienen que darle nada. Una inversión fallida como tantas otras.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com