Dios, en su sabiduría absoluta y juicio justo escucha a quienes se muestran dóciles, prestos a convertirse. Por eso, quien no se deje llevar de su camino, acabará desbocado, cansado y hastiado. Es lo que nos cuenta Eva Catalán.
Sr. Director:
En la Biblia, la pedagogía divina se asomaba en los sueños nocturnos de los elegidos para encomendarles misiones o consejos.
Hoy, Dios sigue hablando y hasta consigue que algunos cambien de profesión, como aquel médico abortista que soñó que se adentraba en un túnel oscuro. Unos ruidos indescifrables al principio fueron creciendo y transformándose en gritos humanos: los bebés que él había abortado bramaban incansables: "asesino". El impacto fue tan fuerte que se convirtió.
Hoy, el idolatrado Obama tiene sus propios sueños: hacer de la liberalización salvaje del aborto uno de sus estandartes particulares. Pero los sueños de Dios no van por este camino. Él no habla a los inconvertibles que dedican sus energías en favorecer la muerte de los ciudadanos indefensos a su cargo, y que un día tronarán en su presencia.
Él sólo habla a los que tienen oídos para oír y descansan en los sueños divinos.
Eva Catalán
mariacatala6@gmail.com