Los adolescentes critican los programas, películas y anuncios en los que aparecen chicas jóvenes como reclamo sexual.

Subrayan la contradicción manifiesta en buena parte de la programación en los que se yuxtaponen la invitación a practicar el sexo y las advertencias de los riesgos asociados a su práctica sin condón.

Censuran abiertamente las formas de explotación sexual que utilizan los anuncios publicitarios de prácticamente cualquier producto. Su crítica destaca dos ideas: la comercialización y abaratamiento de la sexualidad y su uso mercantil, así como la peligrosa invitación a ejercer la sexualidad y sostener prácticas y juegos sexuales.

Constantemente la televisión manda el mensaje de que la mujer es tan sólo un medio de placer, un objeto para satisfacer el deseo sexual de los hombres. Si no hay sexo, no hay triunfos, ni ganancias. ¿Es así cómo educamos a nuestros jóvenes para que construyan un mundo mejor que el actual?

Clemente Ferrer Roselló

clementeferrer@yahoo.es