Durante los últimos años de la guerra, ante la complicada resolución del conflicto, mandos del Tercer Reich alemán idearon inundar de divisas falsas los países de sus enemigos. Se trató de la mayor estafa de la historia. Así, se llegaron a imprimir el triple de libras que circulaban en Gran Bretaña. Lo que pocos conocían en aquel momento es que los "especialistas" de esta gigantesca falsificación eran nada menos que prisioneros judíos. La denominada "Operación Bernhard" reunió en el campo de Sachsenhausen a tipógrafos profesionales, meticulosos banqueros y sencillos artesanos para formar este comando de alto secreto. Su trabajo era recompensado con una existencia en una "jaula de oro", muy alejada de las penurias que sufrían el resto de sus compañeros de campo.
Basado en el libro "The Devil's Workshop", Los falsificadores no sólo es la narración de esos hechos extraordinarios o una singular historia del Holocausto, sino que también se detiene en mostrar la transformación que experimentó el coordinador de esta operación: Salomón Sorowitsch. Para este judío individualista y egocéntrico los sucesos que vivió en el campo le convirtieron en un ser humano más solidario con otros individuos. Por su parte, sus compañeros de falsificación se vieron sometidos a una dura disyuntiva: ayudar a los alemanes suponía salvar sus vidas pero violentar su conciencia y cambiar, quizás, el desenlace de la guerra…
Ganadora, este año, del oscar a la mejor película extranjera, Los falsificadores resulta interesante (cita obligada para los amantes de la Historia) pero quizás por su nacionalidad europea está narrada sin concesiones a la galería…
Para: Los estudiosos de la Segunda Guerra Mundial
