Sr. Director:

Componente de toda democracia y sistema de derecho, defendido por la Constitución de 1978, es la libertad de expresión y el respeto a las opiniones de los demás.

Somos muchos los ciudadanos del Estado español que no compartimos el mal llamado "matrimonio de homosexuales" -ya que eso no es matrimonio- ni la adopción por parte de estas personas de niños. Somos muchos que consideramos esto una aberración y un ultraje a la familia y al matrimonio, y rechazamos este ataque y perjuicio grave que supone todo esto para la sociedad occidental.

Reclamamos nuestro derecho a discrepar y poder emitir nuestras opiniones, nuestro derecho a defender la familia del libertinaje subyugador, que bajo la falsa apariencia de libertad pretende aniquilarla. Y por ejercer estos nuestros derechos ciudadanos y constitucionales nos empezamos a ver atacados y llevados a los tribunales por la potente inquisición rosa que no permite que nadie discrepe de sus planteamientos totalitaristas. Le escribo esto para citarle el caso del sacerdote riojano don Carlos Moreda Lecea, que ha sido llevado a los tribunales por la asociación gay riojana Gylda por emitir su juicio contrario a las uniones homosexuales.

No es el primer caso de la nueva inquisición gay. Ya se han dado casos de persecución a pastores cristianos en Suecia, Holanda. En Canadá, se ha aprobado una ley que prohíbe que nadie hable mal de los homosexuales. En Irlanda, los sacerdotes católicos han sido amenazados con ser llevados a los tribunales. En resumen, se está empezando a prohibir el disentir de las opiniones gays y lesbianas. ¿Dónde estás libertad?

José Cervera

pep_cervera@yahoo.es