Pero el caso es que Flavio Briatore, coleccionista de rubias siempre por amor- y en sus ratos libres jefe del equipo Renault de Fórmula 1, cuyo primer piloto, y actual líder del mundial, es Fernando Alonso, exige que Telefónica pague 15 millones de euros, en lugar de los 11,2 que abona actualmente por llevar su emblema en el alerón central del bólido. 15 por temporada, se entiende.
Briatore afirma que el seguimiento de Alonso en televisión se ha disparado en España (muy cierto) y que es lógico que el precio suba. Telefónica argumenta que Briatore paraliza cualquier actividad de promoción de la firma por parte del piloto.
Un consejero de Telefónica se quejaba recientemente de los anuncios de Mutua Madrileña en autobuses madrileños, donde el emblema Telefónica había sido borrado. Mutua Madrileña patrocina a Alonso con algo más de 2 millones de euros, pero cuenta con el beneplácito del gran amigo de don Flavio, que no es otro que el yernísimo de José María Aznar, es decir, Alejandro Agag. Y siempre al lado de Agag, el otro gran amigo de la cooperación hispano-italiana: Ernesto Sainz de Buruaga.
Precisamente, el ex presidente del Gobierno, José María Aznar, se ha dejado fotografiar en el yate de Briatore, junto a Agag y una rubia no podemos asegurarlo, pero creemos que hace la número cuatro de la colección, que oscurecía a todos los presentes, por su sensibilidad artística.
Y es que a los ex presidentes les afectan, de vez en vez, raptos de locura.