Por curiosidad, ¿cuánto cobra Teddy Bautista, actual mandamás de la Sociedad General de Autores, SGAE? Bautista se ha lanzado a toda una campaña en defensa de los pobres autores, acosados por la piratería de todo tipo de obras: libros, discos, cine, etc. En la Universidad Pompeu Fabra, Bautista clamó contra los desalmados piratas que hace que tan sólo un 4% de los autores "alcancen el salario mínimo interprofesional" (es decir, unos 425 euros al mes). Bautista clamó contra el MP3, el Napster y otros instrumentos de grabación de música a través de Internet. Es más, los autores sólo se llevan el 8,5% de la cadena de valor que produce. Lo cual es, seguramente, lamentable. Bautista afirma que él, precisamente él, "representa al albañil de todo esto, al que está siempre en el andamio". Por lo tanto, es lógico pensar que quien sufre dolores de parto tan representativos también tiene derecho a recibir una remuneración digna por tan digna labor. En otras palabras: sería interesante saber qué porcentaje de intermediarios de los derechos de autor, por ejemplo la SGAE y Teddy Bautista, cobran más del salario mínimo interprofesional, incluidas las secretarias y bedeles de la SGAE.

 

Si lo piensan bien, es lógico. Un sindicalista encorbatado, sí, pero sindicalista. Además, la tarea de estos intermediarios de los derechos de autor es muy creativa. Por ejemplo, Bautista, en el mismo foro, afirmó que todavía no se ha  presentado la correspondiente solicitud (es decir, todavía no se ha empezado a presionar al Gobierno para que convierta la aspiración en norma legal de obligado cumplimiento) para imponer un canon (a los intermediarios de los derechos de autor les encantan los cánones) que pagará el cliente al comprarse un ordenador. Por ahora, les basta con los cánones, tasas o impuestos que se pagan por la compra de CD y DVD vírgenes, así como por vídeos reproductores, o por máquinas fotocopiadoras, sistema que hacen pagar a justos por pecadores y que enriquecen, principalmente, a los intermediarios de derechos. Pero eso, por el momento, sólo está en el pensamiento de Bautista y demás instituciones tipo SGAE.

 

Bautista odia a los que copian, pero no le disgusta plagiar ideas. Por ejemplo, la idea de imponer un canon a las bibliotecas públicas por préstamos de libros, todo en beneficio de los autores, o albañiles de la sociedad de la información. Es lo que él califica como un modelo de "desarrollo sostenible".

 

Mientras, continúa pendiente la Ley de Propiedad Intelectual, que deberá desarrollar el próximo Gobierno socialita, y en el que los grandes editores, unidos en Gedeprensa (un remedo de SGAE) pretenden cobrar un canon por toda utilización de la información de sus diarios.

 

Y es que la creatividad crece en todos los sectores, especialmente entre los defensores de los albañiles, que no están en el andamio, pero sí en las inmediaciones, haciendo caja.