Me lo decía un consejero de Telefónica, respondiendo a la pregunta: ¿Qué es lo que más os preocupa? La respuesta fue rauda: la telefonía por Internet. Y así es. Lo más preocupante para Telefónica es que la WWW -que la operadora tanto ha contribuido a promocionar- arrase con las operadoras tradicionales, especialmente con la telefonía fija. Y bien pudiera ocurrir. Desde el sistema Messenger al sistema Skype, que tiene un millón de abonados, el reto para la operadora es claro. Primero el fijo, y si progresa la conectividad, al final, la Red también desplazará a la telefonía de móvil, el gran proveedor de liquidez de las operadoras. Y mejor no hablar de la video-llamada, con las minicámaras incorporadas al ordenador.
El Skype, además, ya ha instalado las normas: llamadas gratuitas para los dos ordenadores conectados con este programa (emisor y receptor) y llamadas de precio casi simbólico a cualquier teléfono desde un ordenador. El reto para Telefónica, o para el resto de operadoras, no puede ser más brutal.
Por cierto, los contratos de ADSL prohibían las llamadas IP, aunque nadie hace caso de tan absurda prohibición, que pretende ponerle puertas al campo. De cualquier forma, ¿no sería bueno que interviniera la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) para levantar tan curiosa prohibición (de la que nadie hace caso, ciertamente)?