Sr. Director:
El sábado 12 estuve en Madrid. Junto a la Cibeles. En la puerta de Alcalá. Como tantos, venidos de todas partes, tan distintos, tan contentos.
Esa fue la primera lección: andaluces, aragoneses, asturianos, canarios, castellanos (de Valladolid y de Albacete), catalanes, extremeños, gallegos, madrileños, navarros, valencianos, vascos, Juntos, de acuerdo, etc. Pero sobre todo, muchos, muchísimos.
¿Cuántos? No lo sé la verdad, tampoco me importa- los suficientes como para decir con justicia aquello de no som quatre gats. Los suficientes como para que el partido del Gobierno abandone el talante (una vez más) y comience a insultar (véase a Pepiño Blanco ayer llamándonos mentirosos y pensando que somos tontos al decir que nada ha cambiado con esta LOE) y a hacer cosas raras (irse a Roma a hacer el ridículo).
La segunda lección es la confirmación de un cambio. Existe en sociedad española ¡por fin! un conjunto de entidades, muy pequeñas en su mayor parte, muy numerosas, con capacidad de aglutinar ¡y de movilizar! a muchos miles de personas.
Lo decía el responsable del Foro de la Familia y, también algunos de los manifestantes entrevistados por los medios de comunicación: habrá que volver muchas veces, era la frase de Benigno Blanco después de la concentración en defensa de la familia; esto es estupendo, me ha encantado; a ver cuando volvemos, decía una madre de familia el sábado.
Hay que añadir que esas entidades los convocantes de la manifestación- defienden y promueven valores cívicos y no tienen relación alguna con las fuerza políticas. Muestran a la sociedad civil organizada. Ya era hora que se hiciera visible esa mayoría social y que además- lo haga mostrando semejante capacidad de convocatoria.
La tercera lección viene creo yo de las imágenes de la manifestación: ¿quiénes estábamos allí? ¿qué parte de la sociedad? ¿qué pirámide de edades? Familias; familias enteras, de abuelos a nietos. Mujeres; miles y miles de ellas. Jóvenes por oleadas. Niños; muchísimos niños. Miles y miles de ellos. Carritos de bebé de todas las marcas y modelos. Nadie de mi generación había estado en una manifa antes de llevar pantalón largo. El sábado eran muchos ¡muchos! los estaban allí con el dodotis puesto. En resumen; quienes se manifestaban el sábado son sin duda- el FUTURO.
Estaban en Madrid los van a pagar las pensiones dentro de nada, aprendiendo a defender sus derechos con biberón en la mano o en la boca. Y además, acompañados de sus hermanos mayores, que dichero sea de paso, lo estaban pasando en grande. Bailando, cantando, marchosos, felices.
Resumiendo. Hay temas que son clave, que movilizan, que generan reacciones firmes, sonoras, permanentes. De momento, claros hay dos. Familia y enseñanza. Se pueden resumir en un libertad. Respeto a los derechos individuales. Libertad para vivir, llamando al pan, pan y al vino, vino y no frolo, como decía antes Forges. Libertad para educar de acuerdo a principios propios y no impuestos.
Son muchos ciudadanos convencidos; están dispuestos; se mueven ¡y cómo¡; son jóvenes, mujeres, niños. ¡El futuro es nuestro! Mejor; Ellos son el futuro!
Las lecciones de un paseo por Madrid. Deberíamos tomar nota.
Carlos Garcia Ruiz
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