La comparecencia del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, en la Comisión de Investigación del 11-M se desarrolló según lo previsto en el personaje: todo forma, ningún fondo. Y no duden, su envoltorio hueco vende un montón. Además, si no se debe decir aquello que la gente no está dispuesta a creer, aunque no sea cierto, tampoco debe omitirse lo que la gente está dispuesta a tragar, aunque sea falso. Zapatero habló de engaño masivo del PP, cuando sabe que es falso. No soy sospechoso de apoyar al PP el 11-M, porque cuando El País estaba hablando de matanza de ETA, Hispanidad.com fue el primer medio en afirmar (y buenos insultos nos ganamos por ello; hubo quien no deseó que estuviéramos en los trenes de Atocha, Santa Eugenia y El Pozo) que no podía haber sido ETA. El Gobierno Aznar, la mayoría de los policías, y Zapatero, y Polanco, y todo el mundo, creyó que había sido ETA simplemente porque estaban obsesionados con ETA, porque la odiaban. Nosotros dijimos que no era ETA porque también hay gradación en la barbarie, y eso no llevaba la marca de ETA. Zapatero sabe todo eso, pero no le interesa decirlo; prefiere acusar a Aznar de engaño masivo y afirmar que desde la primera explosión sabía que había sido el terrorismo islámico.... porque odia a Aznar. Cuando pasaron las horas, el PP se aferró a la esperanza de que fuera ETA y el PSOE a la esperanza de que se confirmara la autoría islámica. 

No hubo mentiras el 11-M, hubo obsesiones por ambos bandos. No hubo mentiras ni tan siquiera el 12 y el 13-M, lo que hubo fue el aprovechamiento político de un crimen colectivo : el PP intentando que pasaran las horas sin reconocer explícitamente que se habían equivocado y el PSOE diciendo que la culpa de la matanza la tenía Aznar por habernos metido en la guerra de Iraq. No hubo mentiras: lo que hubo fue manipulación y mala leche por ambas partes.

Por tanto, la comparecencia en la Comisión del 11-M de Zapatero estaba cantada. Es el personaje mismo en acción: Ignorante, insensato y malicioso, como Mr. Bean. El PP, en el mejor estilo Aznar, ideológicamente acomplejado tras ocho años de incoherencia. El PP se comporta de un modo absurdo cuando pretende mantener su honor a costa de no rectificar. Sería más práctico que dijera algo parecido a esto : en efecto, nos equivocamos, creíamos de buena fe que era ETA (lo creyó hasta el lehendakari Juan José Ibarretxe, oiga). Por su parte, el PSOE sabe perfectamente que eso es así, pero está obligado a negar una verdad trágica: Zapatero llegó al poder gracias a 192 asesinados. Zapatero se comporta como aquel diputado socialista madrileño, Antonio Carmona, que se vio obligado a dimitir tras afirmar, durante un acto electoral en un mercado madrileño, ...y para ganar al PP, si lo necesitamos, hundimos otro Prestige. 

Por eso, digo, lo único que me ha llamado la atención fue doña Pilar Manjón, que así se llama la presidenta de la Asociación de Víctimas. Doña Pilar se mostró extraordinariamente agradecida a Zapatero por sus palabras de aliento a las víctimas. Es la misma Asociación que ha alabado al PSOE y ha masacrado al Partido Popular. Manjón no habla de terrorismo islámico, habla de Aznar. Al parecer, no guarda rencor (eso es bueno) a los asesinos, pero sí se lo guarda a Aznar.

Decía Jaime Mayor Oreja que las víctimas siempre tienen razón. Yo creo que no, yo creo que también pueden equivocarse cuando sufren Síndrome de Estocolmo, cuando están atenazadas por el miedo, cuando parecen querer decir que fue Aznar quien asesinó a los suyos, o al menos el culpable de la masacre, en lugar del islamismo. Además, si,  como anuncia Zapatero -y yo estoy de acuerdo con él-, la autoría del asesinato múltiple es islámica y nada más que islámica, ¿cómo puede mantener al mismo tiempo su famosa alianza de civilizaciones? ¿Cómo aliarte con una civilización que provoca estas maravillas? Cuando menos, la alianza debería ir precedida de un compromiso por la libertad de esa civilización.

Por cierto, nadie debería perderse la entrevista que el pasado lunes 5 publicaba el diario El País con el líder fundamentalista turco, Recep Tayyip Erdogan. El aspirante a beneficiarse de la Unión Europea amenaza hasta seis veces a la Europa cristiana si no permite la entrada de Turquía en el país, y se muestra tan arrogante, más bien chulesco, como para afirmar que es Europa quien necesita de Turquía y no Turquía de Europa. O sea, lo de siempre en el Islam: te respeta mientras está en minoría, pero en cuanto está dentro no acepta el respeto a los principios ajenos, sólo el enfrentamiento y la victoria.

Pero a Pilar Manjón no le importa el Islam que asesinó a lo suyos: lo que le importa es que Aznar pague por sus errores. Sí, a veces las víctimas se equivocan. Sobre todo, cuando tienen miedo.

Eulogio López