La mayor soledad se puede sentir en medio de la multitud y, de igual forma, el silencio, en ocasiones, es capaz de expresar más que mil palabras.
Isabel Coixet ha demostrado, desde su primera película, Cosas que nunca te dije, que es una irremediablemente romántica además de formar parte de ese pequeño grupo de directores capaces de hacer poesía en imágenes. Todo esto lo apreciarán si van a contemplar La vida secreta de las palabras, escrita también por Coixet.
Casi todo el desarrollo de este drama tiene lugar en un lugar aislado en medio del mar: en una plataforma petrolífera. Hasta allí llega una joven enfermera, misteriosa y solitaria, que tiene como misión cuidar de un trabajador que ha resultado herido en un accidente y que, temporalmente, se ha quedado ciego. Poco a poco, y a pesar de los silencios de ella, irá creciendo entre ambos una extraña intimidad que cambiará sus vidas para siempre. Como han definido, perfectamente, la propia directora, este drama romántico gira sobre el peso del pasado y sobre el poder del amor, incluso en las más terribles circunstancias.
Isabel Coixet ha vuelto a rodar en inglés, como en su anterior film Mi vida sin mí, y ha repetido con la actriz Sarah Polley, que realiza un prodigio de interpretación. A su lado dos estrellas internacionales como son Tim Robbins o Julie Christie (la inolvidable Lara de Dr. Zhivago) no hacen sino redondear esta historia plagada de silencios y de dolor que llega a intrigar vivamente al espectador, lo que la convierten en una película que merece la pena. Eso sí, hay dos pequeños detalles políticamente correctos (y totalmente innecesarios en la trama) que nos recuerda que está producida por El Deseo, la productora de los hermanos Almodóvar.
Público recomendado : Adultos a los que les guste el cine romántico