Taguas lleva semanas hablando de la necesidad de un plan de infraestructuras que produciría 300.000 empleos anuales. La dolorosa: 11.000 millones de euros. Blanco le había comprado el proyecto, pero hete aquí que la vicepresidenta Salgado se ha negado. No es el momento de hacer nuevas propuestas ahora, sino de evaluar las que tenemos. Ha resultado menos dócil de lo que lo era al inicio.
Con todo, el mensaje es permanente ambivalente. Por una parte, De la Vega afirma que este consejo era deliberativo y que no tenía como objetivo plantear nuevas medidas. Pero por otra parte, Salgado plantea que aunque hay que ser más selectivos, el ratio deuda/PIB es mucho más bajo que el de los países de la zona euro y de la UE. Por lo tanto, hay margen, no puede no haberlo.
Así las cosas, probablemente el asunto quede para el Debate sobre el Estados de la Nación en el que Zapatero pueda vender reformas estructurales y el nuevo paquete de inversión en infraestructuras.
