Debería bastar con los "Derechos Humanos", pero en los tiempos que corren los concebidos necesitan una declaración específica. Su condición de no nacidos les ha hecho protagonistas involuntarios de la principal causa de muerte en el mundo: el aborto.
Por eso, la Iglesia ha propuesto desde México la "Declaración de los Derechos del Concebido". Una defensa de la vida desde la "evidencia científica" –como recuerdan en su página web-. Monseñor Pedro Agustín Rivera, químico y sacerdote, ha sido el principal promotor de un documento que ha recibido en México el apoyo de la diputada federal Beatriz Eugenia García (Partido de Acción Nacional). Ahora, el objetivo es el reconocimiento internacional de estos derechos: la ONU y la UNESCO tendrán que mojarse, pues es sabida su afición al fomento de políticas abortistas.
Buena prueba de la necesidad de esta declaración es la inminente aprobación en Argentina del aborto quirúrgico. Y lo hará por a través de una resolución del ministerio de Salud del gobierno Kirchner, por si a los diputados de la nación se les ocurre votar en contra. Así lo cuenta Notivida.