Según Gas Natural, el Estado debe tutelar el sector energético. La empresa de La Caixa califica a la alemana E.ON como el arquetipo de los monopolios nacionales de gas. Alemania apenas ha liberalizado su mercado eléctrico, buena prueba de ello es que apenas se dan cambios de suministrador entre la clientela. Efectivamente, Bernotat (E.ON) no dijo toda la verdad: el Gobierno alemán puede bloquear cualquier operación contra su principal compañía eléctrica y gasera. Eso sí, GN pasa de puntillas sobre su argumento más flojo : la venta de activos a Iberdrola
Nada más lanzar su OPA, la eléctrica y gasera alemana E.ON, su presidente y CEO, Wulf Bernotat repitió hasta cansarse que su compañía no tenía acción de oro, ni veto político ni protección del Gobierno de Berlín. Su frase favorita es: Cualquier empresa puede lanzar una OPA sobre E.ON. Pues bien, en la mañana del viernes 7, con motivo de la Junta General de Accionistas de Gas Natural, celebrada en Barcelona, el consejero delegado, Rafael Villaseca, negó la mayor con una cita de la ley alemana de julio de 2002 por la que E.ON absorbía, y esta es la clave, a Ruhrgas, la gran empresa gasística alemana. El texto clave es le siguiente: A E.ON AG (en lo sucesivo : E.ON) se le impone la obligación de enajenar a un tercero todas las acciones ostentadas por ella, o por alguna de sus empresas asociadas, en Ruhrgas AG (en lo sucesivo : Ruhrgas), si otra empresa adquiere una mayoría en el capital de E.ON o en el control de los derechos de voto y el adquirente da lugar a una preocupación motivada de que los intereses políticos energéticos de la República Federal de Alemania puedan verse afectados, cuando el Ministerio Federal de Economía y Tecnología así se lo exija.
Aún más, el siguiente texto de la misma norma por la que E.ON se hizo con Ruhrgas es más taxativo : El adquirente de la acciones Ruhrgas precisará de la autorización del Ministerio Federal de Economía y Tecnología. Sólo se podrá denegar la autorización, si el adquirente da lugar a una preocupación motivada de que los intereses políticos energéticos de la República Federal de Alemania puedan verse afectados. Una preocupación cuya motivación será decidida... por el propio Gobierno alemán.
El consejero delegado de GN fue muy claro y consideró que esto era una acción de oro encubierta y que E.ON constituye, en contra de lo que predica, el arquetipo de los monopolios nacionales de gas y electricidad. Al tiempo, le recordaba un buque de E.ON puede atracar en un puerto español, pero Gas Natural no puede vender gas en Alemania, un mercado absolutamente cerrado. Con ello, además, E.ON se aprovecha de una tarifa eléctrica altísima. La luz en Alemania es mucho más cara que en España.
De puertas adentro, el equipo directivo de Gas se quejan de que según algunos, una empresa alemana no debe pasar los mismo exámenes a los que nos han sometido a nosotros, en referencia al decreto del 24 de febrero por el que E.ON deberá pasar el preceptivo examen de la Comisión Nacional de la Energía.
Buena prueba de que Alemania, que presume de ser el campeón de la liberalización, no ha liberalizado nada, ni en gas ni en electricidad, es el cuadro que Villaseca mostró a los medios informativos y a los periodistas, en los que se da cuenta de los cambios de suministrador eléctrico. En Francia nadie cambia de suministrador por la sencilla razón de que es imposible: en Italia lo mismo, y Alemania ocupa el cuarto puesto por la cola entre los doce países europeos más poblados.
Y todo esto lleva al a conclusión principal, la misma que defiende el Gobierno Zapatero y ya casi presidente de Iberdrola, Ignacio S. Galán: el mercado europeo no existe, y no se puede hablar de liberalización cuando apenas hay interconexión eléctrica además de las asimetrías existentes: países que no han liberalizado, países que no han privatizado, países que han privatizado pero siguen manteniendo monopolios nacionales. La tesis de Gas Natural, la misma que la del Gobierno, es que la igualdad de los desiguales es otra desigualdad. Bruselas, sin embargo, no piensa así. Nunca, en la Europa comunitaria, se había visto al Ejecutivo de la UE lanzarse contra un país por su normativa sobre un sector económico, como la acometida de Bruselas contra España, precisamente uno de los países que más ha privatizado y que más ha liberalizado su sector energético.
Salvador Gabarró, presidente de Gas Natural, ha pasado de la práctica a la teoría y quiere dejar sentado la siguiente doctrina: El Estado debe tutelar el sector energético, por que la energía es el oxígeno de la economía y del crecimiento.
Resulta difícil negarle a Gas Natural todas estas razones, como resulta difícil contra-argumentar a Iberdrola en sus críticas a Bruselas y algunos estamentos españoles que prefieren un alemán a un catalán, en especial el Partido Popular. Ahora bien, tanto el presiente de GN Salvador Gabarró, como el consejero delegado, Rafael Villaseca, pasan de puntillas sobre el punto más débil de la operación: la venta de activos a Iberdrola (el otro punto débil, lo rácano de la oferta, tendrán que arreglarlo o simplemente fracasarán). Los cálculos sobre clientes resultantes (32 millones) de una fusión GN-Endesa, así como las economías de escala y el capítulo de inversiones, se realizan sin descontar la tercera parte de Endesa que podría acabar en manso de Iberdrola u otros operadores. Así no s forjan empresa españolas más grandes, sólo se hace más grande a Iberdrola mientras Gas Natural consigue hacerse con Endesa con muy poco dinero. De hecho, si nos atenemos al pago en metálico, podría comprar Endesa al precio de cero euros.