Algo no funciona, fue la reflexión de la ministra de Sanidad, Elena Salgado, ante la información de que nuestro país se encuentra a la cabeza de consumo de drogas. El consumo se produce cada vez en edades más jóvenes, en un entorno de diversión y mediante sustancias más sofisticadas que el pinchazo de heroína. Sin embargo, resta igual de letal. Y la ministra sólo propone diálogo e información.

No existe un plan de choque claro. La delegada del Plan Nacional de Drogas, Carmen Moya, insiste en que no existen recetas mágicas y que la solución debe  arbitrarse y debe integrar actividades educativas y policiales en colaboración con las Comunidades Autónomas. Ya saben: al éxito, todos se apuntan. Y los problemas, todos los esquivan. Porque suponemos que precisamente es el Plan Nacional de Drogas la oficina que debería de coordinar esas actividades interministeriales en colaboración con todas las administraciones. A cambio, lo que tenemos es diálogo. Mucho diálogo.