Se llaman 'gallifantes' porque en el momento de su implantación, el locutor JavierSardá había hecho famoso un muñequito, mixtura de gallina y elefante, que se regalaba a los participantes de determinado programa. No obstante, su nombre técnico es complemento de desempeño. En definitiva, estamos hablando de un suplemento que cobran prácticamente la totalidad de los 2.000 trabajadores de la plantilla del Banco de España, que supera los 2.000 trabajadores. Lo cobran siempre que la evaluación a la que les someten sus jefes sea la adecuada. Positiva, muy positiva, o extraordinariamente positiva. Los primeros reciben tres cuartas partes de gallifante, los segundos un gallifante, y los terceros, casi todos, cinco cuartas partes de gallifante. Un gallifante viene a significar el tercio de un trienio. Por ejemplo, para un titulado superior, especialmente para un inspector, un trienio puede representar unos 1.500 euros, ergo un gallifante saldría por 500 euros. O por decirlo de otra forma, un inspector con 30 años de antigüedad podría hacerse con un plus anual de 15.000 euros.

Estamos hablando de una plantilla bien pagada, (salvo en los cargos directivos, donde se cobra más en la empresa privada). Por ejemplo, un inspector recién incorporado al Banco de España puede salir por los 43.000 euros anuales.

Ahora bien, los gallifantes no dejarían de ser un plus de productividad como existen en otras tantas empresas. La razón por la que se han convertido en un verdadero quebradero de cabeza que puede hacer ingobernable el Banco de España es porque, con el tiempo, los gallifantes se han consolidado en el salario, y, lo que es mucho peor, en la pensión privada a la que tienen derecho los trabajadores, pensión para la que, por cierto, por cada euro que aporta el trabajador, el Banco de España aporta 6,5.

En conclusión, el gobernador Jaime Caruana, y el subgobernador Gonzalo Gil advierten a los sindicatos que hay que acabar con los gallifantes o lo que es lo mismo, hay que conseguir que vuelvan a ser lo que fueron: pagas extras no consolidables en nómina y pensión. De otra forma, hasta el mismísimo Banco deEspaña podría verse en serias dificultades para cuadrar sus cuentas.

Y al mismo tiempo, los sindicatos dicen que lo que se da no se quita. Hasta ahora, que se sepa, sólo el BBVA de Francisco González ha conseguido (¡misterio!) que los sindicatos renuncien a un derecho pactado en convenio (los complementos de pensiones de 4.400 trabajadores del Banco Exterior). Mientras, el convenio sigue sin firmarse y el ambiente interno no es el más deseable.