Ponga una administración en su vida. Y si hay algún problema, que se forme una comisión. ¡Ah!, y no se olvide de las cumbres, foto incluida. En eso consiste un buen político. Para gobernar, ya están los técnicos dedicados a temas tan prosaicos como la solución de los problemas de los ciudadanos. Pero, ¿a quién le importan los problemas de los ciudadanos pudiendo pasar a la historia como el presidente del "talento"?

Se dirá que es un esperpento de la realidad. Aceptamos pulpo como animal de compañía. Pero resulta que la próxima Conferencia de Presidentes ha acordado una agenda que incluye el debate sobre el déficit sanitario. La agenda también define que no se debatirá sobre reformas constitucionales. Muy bien. Lo que no acabamos de entender es la diferencia entre la rimbombante Conferencia de Presidentes del Consejo de Política Fiscal y Financiera. Claro que siempre queda muy bien darle los buenos días al "empleado de fincas urbanas".