Un estudio de Analistas Financieros Internacionales, al que ha tenido acceso Hispanidad, concluye que los mercados financieros se están acostumbrando al terrorismo, y que considera que el efecto de un atentado es cada vez menor. En el caso de Londres, la recuperación se ha producido en tan sólo dos días.
Sin embargo, el terrorismo islámico, caracterizado por las masacres colectivas, sí afecta a los tipos de interés a corto, aquellos que utilizan los bancos centrales para controlar la inflación, pero que tienen un efecto, más o menos directo, sobre la evolución de las cotizaciones y con ello sobre el conjunto de los mercados. En cualquier caso, poco tiene que ver la bajada de hasta 100 puntos básicos tras el 11-S de 2001, con depreciación el dólar, frente al práctico estancamiento del 11-M madrileño.
En pocas palabras, el terrorismo islámico apenas afecta a la economía a largo y, lo que es más importante, al crecimiento económico no se ve afectado. Aún en el ámbito financiero, los atentados de Londres no han supuesto ningún punto de inflexión perceptible. Económicamente, casi podría hablarse de rutina.
Una última conclusión es que la economía real no se violenta por estas matanzas. Algunos sectores como seguros, viajes, turismo, sí, naturalmente, pero se recuperarán enseguida. La economía financiera, generalmente especulativa, sí. (Ver informe completo).
La bolsa y la economía pasan de Ben Laden, pero no sucede lo mismo con la política. Así, los ministros europeos responsables de Seguridad cumplieron su amenaza: el miércoles llegaban a un acuerdo, cuyo soporte jurídico no está nada claro, para extender y generalizar el control de las comunicaciones privadas, un claro atentado contra las libertades individuales en nombre de la lucha antiterrorista.