Sr. Director:
Juan Pablo II aclaró este domingo 12 que el belén es un signo de fe y cultura, en pleno debate en algunos países por la decisión de retirar de lugares públicos o de banalizar las expresiones navideñas que hacen referencia al Nacimiento de Jesús.
Escuchaban al Papa miles de peregrinos, entre los que se encontraban numerosos niños de Roma que llevaban en sus manos la imagen del Niño Jesús, que colocarán este año en el belén de su casa o de su parroquia.
En la soleada Plaza de San Pedro del Vaticano ya se podía admirar el imponente árbol de Navidad, de 32 metros de altura, que en este año ha regalado al Papa la provincia nororiental italiana de Trento, así como los andamios que cubren las obras de realización del monumental belén que se descubrirá en la Nochebuena.
Pequeño o grande, sencillo o sofisticado, el belén constituye una representación de Navidad familiar y particularmente expresiva. Es un elemento de nuestra cultura y del arte, pero, sobre todo, un signo de fe en Dios, que en Belén puso su morada entre nosotros, dijo el Papa en el saludo que dirigió antes de rezar la oración mariana del Ángelus.
Al igual que todos los años, dentro de pocos momentos bendeciré las imágenes del Niño Jesús, que en la Nochebuena serán colocadas en los belenes, donde se encuentran ya José y María, testigos silenciosos de un sublime misterio, dijo después.
Con su mirada de amor nos invitan a velar y rezar para acoger al divino Salvador, que viene a traer al mundo la alegría de Navidad, subrayó.
En ese día, la Iglesia celebraba el tercer domingo de Adviento, conocido como Gaudete (en latín, Alegraos), en referencia a la invitación que lanza el inicio de la antífona de la misa.
Pidamos a la Virgen de la espera que todos los cristianos experimenten vivamente el deseo de encontrar al Señor que ya se acerca, exhortó el Papa.
Las palabras de Juan Pablo II tienen lugar después de que en el norte de Italia varios maestros hayan anunciado su decisión de dejar de colocar belenes en las escuelas para respetar el pluralismo religioso, creado en esas regiones a causa de la inmigración.
En una escuela, se ha sustituido un villancico la palabra Jesús por virtud por este mismo motivo, al tiempo que el imán de Milán ha explicado que los musulmanes no tienen problemas ante las representaciones navideñas.
En España, también se han dado episodios de este tipo en alguna escuela en estos últimos días, recibiendo amplio espacio en la prensa.
En Londres, la polémica en torno a la banalización de los símbolos navideños se ha desatado con la representación del museo de cera de Madame Tussaud, en el que San José y la Virgen María tienen los rasgos del jugador de fútbol David Beckham y de su esposa, Victoria, sobre quienes revolotea la cantante australiana Kylie Minogue.
ZENIT.org