Sr. Director:
No es difícil comprender que el Papa tiene necesidad de nuestra oración, de nuestra obediencia, de nuestra docilidad amorosa y de nuestro afecto humano.

 

Un fiel o un jerarca que no reza por el Papa, que se resiste a sus indicaciones, que desobedece su doctrina y decisiones, que se queda indiferente ante los ataques que sufre el Papa, pienso que es un fiel o un jerarca de quien Jesucristo espera que cambie de actitud.

A nadie se le oculta que hemos asistido a una campaña mundial, promovida por poderes económico-políticos, de hostigamiento y derribo contra el Papa Benedicto. No se le perdona que conozca a fondo la problemática actual y que tenga la valentía de proclamar la verdad del hombre y de la creación, y señalar las orientaciones de fondo que deben regir la sociedad. La cultura débil y relativista no tolera un pensamiento fuerte y valiente, proclamado con tanta sencillez como sinceridad. Los católicos hemos de reaccionar dándole más cariño humano y sobrenatural, según decía Francisco Gil Hellín ¡Lo necesita y lo agradece!

Enric Barrull Casals