Sr. Director:
Cada vez proliferan más las noticias sobre bebés abandonados o que mueren por negligencia culpable de sus padres; incluso que son asesinados directamente por ellos. Muchos se preguntan cómo es posible que los propios progenitores lleguen a ser tan desalmados.
Bien mirado tampoco existe tanta diferencia entre lo que tales padres hacen, y los que permiten que sus hijos sean destrozados dentro del seno materno, pocas semanas o meses antes, mediante el aborto. A fin y al cabo es el mismo ser humano. Cuando los embriones se manipulan en los laboratorios, como si fueran "objetos" o "productos" al servicio de intereses particulares o científicos, se les está despojando de su dignidad. Después no es extraño que ya no cause ningún tipo de remordimiento su destrucción para obtener células madres, o si están más evolucionados, provocar su aborto simplemente por no ser deseado, aunque se intente justificar con el eufemismo de que son un peligro para la salud psíquica de la madre.
Al parecer, la vida está dejando de ser un bien en sí misma y sólo es valorada en función de su utilidad o lo que representa para los demás. La "cultura de la muerte", tiene otras manifestaciones además del terrorismo y las guerras.
Ismael Olmos Cabrera
ismaelolmos05@yahoo.es