Insistimos. El estudio-encuesta de la Fundación BBVA sobre el medio ambiente es como para echarse a temblar. Ahí tienen las conclusiones. La más peligrosa de todas es que el ecopanteísmo, la pachamama o diosa-tierra, ha calado en los europeos -y en los españoles-. Conclusión: el hombre debe estar al servicio de la naturaleza. Es decir, justo al revés de lo que recomienda el perdido sentido común.
Son minoría quienes creen que la naturaleza está para ser dominada por el hombre. Entonces, ¿para que está ¿Para ser dominada por los insectos Es justo lo contrario al principio bíblico de Henchid la tierra y sometedla. Para el cristiano, el hombre ha sido creado por Dios como el único ser libre dotado de alma inmortal, y la naturaleza es el regalo de Dios a ese ser libre.Lo que ocurre es que el hombre moderno ha dejado de creer en el hombre y que, sobre todo, ha dejado de creer en Cristo y entonces, claro, tiene un desesperante miedo al futuro. Y ojo, esto se presta a confusión. Por supuesto que la Iglesia es ecologista, pero entendiendo que el planeta está al servicio de la humanidad, no la humanidad del planeta. Y entendiendo que hay que cuidar ese planeta pero sólo para nuestros hijos, esto es, para otros hombres.
Y es que a partir de ese momento -el hombre al servicio del medio ambiente y no al revés- se generan todos los demás errores. Como uno del que ya hemos hablado en Hispanidad, el de la maltusiana explosión demográfica: si hay que elegir entre un planeta higiénico y la invitación de que más humanos al 'banquete de la vida', se opta por lo segundo: no tenemos más hijos para que no manchen el planeta. Que es algo así como tirar la pupa y comerse la monda de la naranja. En cualquier caso, el hombre no depreda la naturaleza, la fertiliza.
Y hablando de fertilizantes. Son muchos los europeos, según el mismo estudio, que prefieren la agricultura ecológica, sin fertilizantes ni pesticidas. ¿Cultivos sin pesticidas A que nos morimos todos de hambre. Y claro, para no morirnos, tenemos que reducir el número de hijos. Curioso.
La Iglesia dice lo contrario: cuantos más hombres, mejor. Y a la naturaleza, sometedla y exprimirla con el único límite de que nuestros hijos puedan hacer lo mismo: sometedla y exprimirla. ¡Basta ya de agonías ecologistas y ecolojetas!
En definitiva, el informe revela un sentido panteísta de la existencia. Ya saben, el círculo de la vida y otras memeces del Rey León. Y eso sí que es anticristiano y es inhumano. El panteísmo es conservador -conservacionista-, el cristianismo es radical y revolucionario: el hombre es el Rey de la creación y confía en la Providencia, esto es, en la misericordia divina. Por eso, el panteísmo es triste y el cristianismo alegre.
Eulogio López
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