Encima, asegura que Rubalcaba tiene problemas de salud. El vicepresidente exige a su jefe de filas que dimita como presidente del Gobierno. Pepiño quiere la Secretaría General y busca el apoyo de PRISA. Salgado sostiene el ánimo de Zapatero para que no dimita. Los felipistas no sólo quieren cargarse a ZP sino a los zapateristas. Además, presionan al mundo empresarial para que soliciten el relevo

El PSOE se ha convertido en una jaula de grillos tras el batacazo electoral del domingo 22. El partido ya está en Guerra civil, una especie de todos contra todos, porque la victoria tiene muchos padres pero la derrota es huérfana. En cualquier caso, la última nota oficial la puso Zapatero en su intervención en el Congreso de los Diputados, mañana del miércoles, en la que insistió en que agotará la legislatura y convocará primarias en el partido.

Lo primero, Carme Chacón, animada por su esposo, Miguel Barroso, y por el grupo editorial Mediapro-La Sexta-Público. La ministra de Defensa insiste en presentarse como candidata del PSOE a La Moncloa en unas primarias. Por más que muchos le intentan convencer de que deje el paso libre a Rubalcaba ella insiste en aprovechar la vía abierta por Zapatero. No sólo eso, sino que del círculo de doña Carme ha salido la especie de que Rubalcaba no puede ser el candidato por sus problemas de salud.

Y mientras, José Bono, callado y a la espera.

Más: el vicepresidente primero sigue exigiendo lo mismo: que Zapatero dimita como presidente y le ceda el cargo. Considera que en una sesión de investidura podría contar con los votos del PNV.

Ahora bien, Rubalcaba se ha encontrado con otro enemigo zapaterista: Elena Salgado. La vicepresidenta segunda jugó un papel relevante la noche triste del 22-M. Insistió en que Zapatero no debía dimitir y que debía agotar la legislatura para poder hacer "las reformas".

A todo esto, ¿quién compone el zapaterismo? A estas alturas los de la foto de la derrota: Pepiño Blanco, José Antonio Alonso, Leyre Pajín, Elena Salgado, Manuel Chaves y Elena Valenciano. ZP se queda solo.

Y más. Pepiño anhela la Secretaría General del Partido, pues sabe que nadie le acepta como candidato a La Moncloa. Mientras no se le ocurra otra cosa, su candidata será Chacón. Pepiño, últimamente, ha tenido tiempo para intentar granjearse la confianza de PRISA. Eso sí, como Juan Luis Cebrián sólo apoya al felipista Rubalcaba, Pepiño se ha entrevistado con Ignacio Polanco, que ya no pinta nada en el Grupo, el pobre.

Por su parte, el felipismo no sólo pretende terminar con Zapatero sino con todos los zapatistas. Incluso en el partido están surgiendo varones que incitan a la clase empresarial a pedir un adelanto electoral. El lunes, Villar Mir, de OHL, ya cambió de opinión. Desde luego sería un golpe de gracia que Emilio Botín, otro defensor de la estabilidad, pidiera el relevo de ZP. El Santander tiene Junta el viernes 17 de junio.

En cualquier caso, un cada día más desanimado Rubalcaba sigue apostando por su única salida: el Gobierno de concentración nacional contra la crisis, con una alianza social-nacionalista, y con cesiones autonómicas a CIU, PNV y CC. Pero todo está tan oscuro que este tipo de opciones imaginativas parecen cada vez más complejas.

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com