Los índices de divorcio en Inglaterra van en aumento y representan un gran costo para la sociedad británica, estimado en 44 billones de euros al año. Esto tiene preocupados a los jueces de familia del Tribual Supremo de aquel país.
Para invertir esta tendencia, el magistrado Sir Paul Coleridge, junto a otros jueces de familia, creó el pasado 1 de mayo la Marriage Foundation, para impulsar un cambio de actitud hacia el matrimonio en la sociedad inglesa.
La fundación buscará tanto la investigación social que influya en las propuestas de políticas públicas, como ayudar a la gente que pasa por crisis matrimoniales. El juez aspira a crear "un movimiento en todo el país destinado a cambiar las actitudes desde abajo hasta lo más alto de la sociedad, de modo que mejore la vida de todos, especialmente de los niños.
"Queremos promover –afirmó– el matrimonio como el patrón oro de las relaciones de pareja". Y es que en Inglaterra se plantea ya la pregunta ¿Hablar hoy del matrimonio de un hombre y una mujer para siempre es retroceder o avanzar? Muchos ingleses empiezan a estar de vuelta.
Jesús Domingo Martínez