Lo reconozco. Tengo envidia como catalana. En Galicia y el País Vasco sus próximos presidentes ya han anunciado el fin de las políticas de imposición lingüística.
Sr. Director:
Ya no habrá multas lingüísticas a los comerciantes gallegos y vascos, que podrán rotular sus tiendas en la lengua que deseen. Y en ambas comunidades los padres también podrán elegir con libertad entre varias opciones lingüísticas aquella que prefieran para sus hijos. ¡Qué envidia desde Cataluña!
Aquí seguimos con la política lingüística de la imposición y la sanción. La semana pasada el Gobierno catalán anunció más multas lingüísticas a comerciantes y en las escuelas nos imponen por decreto la lengua docente sin que los padres podamos decir nada. En fin, ojalá un día no muy lejano el aire fresco de la libertad lingüística que corre por el norte llegue también a Cataluña.
Vicenta Arnau
vicentaarnau@yahoo.es