El 28 de septiembre el pueblo del Ecuador votará a favor o en contra de la enmienda constitucional que hará del aborto un derecho legal

Como casi siempre, la voz más clara y nítida en defensa de la vida intrauterina es la Iglesia. El problema es que Ecuador vota el próximo 28 de septiembre una enmienda constitucional que da vía libre al aborto provocado. Y la Iglesia es un obstáculo para los grupos promuerte que defienden el ‘derecho' al aborto. Así que los más extremistas han recurrido a las amenazas de muerte contra el arzobispo de Guayaquil, Mons. Antonio Arregui Yarza, residente además de la Conferencia Episcopal del Ecuador. Las amenazas también se han extendido sobre la presidenta de Acción Provida, Amparo Medina.

Medina recibió una caja de zapatos con una rata muerta dentro un mensaje: "muerte a los provida". Junto a la nota, un mensaje: "Recuerde que los accidentes existen, recuerde que las muertes accidentales son el día a día de este país, no siga con su campaña anti mujer y homofóbica. Muerte a los traidores, muerte a los anti Patria, muerte o revolución".

Además, los grupos promuerte han manifestado su odio a lo religioso enviando a una capilla una cabeza de perro degollado con la Sagrada Hostia en la boca. También han profanado seis iglesias pisoteando y destrozando Sagradas Hostias Consagradas y pintando las paredes con signos satánicos. Como dice Arzalluz, unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces. Porque ocurre que el presidente del Ecuador, Rafael Correa hizo un llamamiento para insultar a los sacerdotes durante la Eucaristía si hablaban sobre el atentado a la vida y la familia.

A pesar de los ataques por parte del Gobierno y de los extremistas abortistas, ni la Iglesia ni el movimiento provida se ha dejado amedrentar. Amparo Medina escribió una carta dirigida a la opinión pública en la que afirma que "no callaremos; seguiremos denunciando". Por su parte, los obispos del Ecuador -como ya hemos informado- insisten en pronunciarse unánimemente a favor de que el pueblo fiel se informe con responsabilidad para emitir un voto libre, en conciencia y deliberado.