Hace apenas unos días había solicitado a Mubarak que dejara paso a la transición.
El conflicto de Egipto se encuentra en un estado de quietismo en las calles, pero no en los despachos ni en las delegaciones diplomáticas.
Después de una semana en la que desde Occidente (Estados Unidos y Europa) se pedían transformaciones urgentes y se abandonó al presidente Mubarak, hasta ese momento gran aliado occidental, parece que se ha dado un frenazo a esa estrategia porque no se sabe bien hacia dónde lleva ese túnel que se está empezando a caminar.
Ya lo avisó Israel cuando mostró su apoyo al actual presidente, pero ahora es Estados Unidos, por boca de su presidente, quien también da marcha atrás. Y es que el país de las barras y estrellas teme un brote de fundamentalismo si los Hermanos Musulmanes llegan al pdoer. Pese a que el presidente Obama califica al mayor grupo de la oposición como sólo una facción, no la mayoría, prefiere seguir de la mano de lo malo conocido.
Y es que como ya informaba Hispanidad, no son solamente una facción, sino un grupo fanático que funciona como una ONG terrorista. Y eso ya lo cambia todo.
El peligro de que la protesta se siga extendiendo parece que se ha detenido y el impulso ya no es tan importante, al menos en la zona del Magreb, pero lo que sí se podría producir es que esa crisis se fuera extendiendo a otros países de Asia como consecuencia de las subidas de los precios de las materias primas. Un interesante comentario se encuentra en este artículo.
Mientras tanto, en Egipto, se sigue a la espera de los cambios que se produzcan en las altas esferas, pero lo que está claro es que los Hermanos Musulmanes van tomando la voz cantante en le negociación y el tiempo de El Baradei parece que ha pasado.
Andrés Velázquez
andres@hispanidad.com
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13/12/24 16:58