Sr. Director:
Quede clara una cosa: A todos nos gustaría saber dónde están enterrados los familiares que murieron durante la Guerra Civil Española. Es un noble y respetable empeño que honra a los familiares y enaltece a las nuevas generaciones. Pero, Pero hay muchas preguntas sin respuestas y que alguien debe responder: ¿Por qué se da por supuesto que hay que recordar solamente a los del bando republicano? A estas alturas sabemos que en España tanto republicanos como nacionales fusilaron a un número parecido de los que no pensaban como ellos. En Mérida se fusiló a muchos republicanos de esta población, y a muchos más de otras procedencias. Eran prisioneros cogidos en Badajoz, en los pueblos de los alrededores e incluso de lejanas poblaciones y en los campos de batalla. ¿Todos eran santos y debían ir al cielo? ¿Ninguno había asesinado a nadie? ¿Por qué aparecen en algunos semanales los martirios y muertes de curas y monjas que murieron nada más que por creer en Dios? Muchos de los que hoy peinamos canas, y entonces éramos niños, asistimos a los juicios en el Liceo y recordamos las monstruosidades de que eran inculpados aquellos santos y como aceptaban sin rechistar las sentencias. Recordamos que en Mérida se salvaron de milagro unas 70 personas porque un cañonazo impactó en el Ayuntamiento, cuando unos milicianos llevaban unos bidones de gasolina para quemarlos.
Recordemos la multitud de inocentes que murieron cuando los aviones rojos descargaban sus bombas al buen tun tun en Mérida. En una ocasión los muertos y heridos no cabían en los hospitales tras un fuerte bombardeo el día antes de Navidad. Curiosamente, los odios y rencores de la guerra estaban siendo olvidados, los jóvenes pasaban de ellos y los ancianos sentíamos que había que perdonar, olvidar y pasar página, dejando a la historia lo que es historia. Los españoles vivimos bien, cualquier obrero tiene la despensa llena, posee casa y coche, sus hijos estudian en la Universidad y las ideologías marxistas-leninistas por las que antes morían, tras la caída del muro de Berlín, dejaron al descubierto su falsedad y su miseria. Estos obreros han descubierto que los comunistas de todo el mundo han matado con el hambre, fusilado o mandado a los gulags a más de 100 millones de personas aparte de las guerras- por el hecho de no ser buenos comunistas. Solo en Ucrania, durante 1933 los comunistas dejaron morir de hambre a unos 12 millones de ucranianos, por considerarlos no adictos al régimen. En las ideologías de izquierdas y derechas se difuminan sus fronteras y confunden las ideas. Y esto es muy peligroso para los políticos de oficio, convertidos en capitalistas de sillón fijo y paga segura. Los votantes están menos atados a unas siglas e ideologías que cada día les dicen menos. Especialmente los políticos progres sentían que sus votantes disminuían.
¿Qué hacer? Fácil: Volver a levantar y mantener los odios y rencores que dividieron a España en dos partes. En la radio se comenta que la idea partió de ZP, aunque es indiferente. Unos políticos progres listillos se encargaron de la tarea, simultáneamente en toda España. Y lo están haciendo muy bien: se crean comisiones, se utiliza la prensa, la radio y, últimamente, como las elecciones se acercan se pone en marcha la tele. Se llama a rebato a los intelectuales subvencionados; estos demostrarán y justificarán cualquier cosa. Dinero el que haga falta, que para eso disfrutan de las arcas del Estado. Los odios y rencores fratricidas olvidados, empiezan a tornar. Y ellos se encargarán de restituir la pertenencia de los votos a sus dueños ¡que es lo único que importa! ¡Lo único que les importa! Estos politiquillos están jugando con la sangre de los muertos y el dolor de sus familiares, aprovechándose de sus sufrimientos. Esperamos que los verdaderos familiares no toleren que los nietos de los que murieron vuelvan a enfrentarse y morir a tiros como sus abuelos. Y todo, para que puedan disfrutar del poder y seguir mandando unos políticos semianalfabetos indignos de tal nombre.
Alejo Fernández Pérez
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