Tras un paripé de negociación por un posible gobierno UPN-PSN, los socialistas pactan con quien tenían pensado desde un principio: con Nafarroa Bai. Zapatero no ha cambiado tras la ruptura de la tregua y persiste en su política guerra-civilista contra el PP: Navarra es la prueba. El voto en blanco en el Ayuntamiento de Pamplona, permite al PSOE mantener la ficción de que no pacta con Batasuna. Los socialistas se quitan la careta con la entrevista concedida por Fernando Puras a El País. Con Navarra cae también la esperanza de que gobierne siempre la lista mas votada y de que el PSOE y el PP se alíen frente a los nacionalistas. El pacto con Mariano Rajoy está muerto. Ahora, Moncloa intenta que el Tripartito navarro tenga continuidad en un Tripartito Vasco y conseguir que un Tripartito catalán con CIU, aprovechando la ruptura de ERC en el Ayuntamiento de Barcelona
Todo estaba perfectamente programado, desde que el presidente del Gobierno, Rodriguez Zapatero, le doblara el pulso al líder socialista navarro Fernando Puras y le obligara a pactar con los nacionalistas vascos de Nafarroa Bai, partidarios de la integración del Viejo Reyno en Navarra. El sábado, los socialistas navarros del PSN votaban en blanco para no coincidir con ANV (la otra cara de los proetarras de Batasuna) y así conceder la Alcaldía a Yolanda Barcina, de PP-UPN. Pero se reservan, claro está, el mucho más importante Gobierno de la Comunidad Foral. Los socialistas intentan mantener la ficción de que ellos no pactan con Batasuna, pero sí con el nacionalismo democrático vasco, y sólo por la contumacia de Unión del Pueblo Navarro en mantener la Presidencia Foral –UPN fue la lista más votada el 27 de mayo-.
Para mantener esta ficción, han utilizado al diario El Páis, en su edición dominical, que publica una entrevista con Fernando Puras, el candidato socialista al Gobierno de Navarra. Puras asegura una y otra vez que Navarra no se integrará en Euskadi y que Nafarroa Bai, el nacionalismo vasco partidario de esa integración, será un socio leal. Incluso insiste en que no habrá órganos comunes entre las comunidades vascas y navarra, aunque todo el mundo sabe que, con Nafarroa Bai en el Gobierno, la integración de Navarra en Euskadi es cuestión de tiempo.
Se trata de un ir paso a paso, pero lo cierto es que ZP ha obligado a los socialistas navarros –que gobernarán en Navarra aunque obtuvieron la medalla de bronce en las elecciones- a no pactar con PP-UPN. De hecho, ZP no sólo ha cedido Navarra a los nacionalistas vascos sino que, además, ha roto todas las posibilidades del pacto antiterrorista PSOE-PP y toda posible alianza entre los dos partidos mayoritarios para frenar el camino a los nacionalistas.
De hecho, con el pacto PSOE-Nafarroa se ha roto también la teoría de que gobierne la lista más votada, algo que beneficiaba al PSOE en Canarias y al PP en Navarra y Baleares.
En resumen, este fin de semana ha quedado claro que ZP no ha cambiado ni tras el doble asesinato de Barajas ni ante la ruptura de la tregua por parte de ETA. Su aspiración sigue siendo la misma: aislar al PP a través del social-nacionalismo, o alianza del PSOE con los nacionalistas gallegos, vascos, catalanes y navarros -así como con los regionalistas aragoneses, cántabros y mallorquines-). Ésta es la tesis de "los Migueles", José Miguel Contreras y Miguel Barroso, los dos principales asesores de ZP: sólo el PP puede arrebatarte la Presidencia: hay que aislarlo, y para ello sirve cualquier alianza: en Navarra, con Nafarroa Bai; en Galicia, con el BNG; en Euskadi, con el PNV –ésta alianza es especialmente importante para aislar a ETA-, y en Cataluña con CIU, aunque la ambición personal de José Montilla, que se sintió engañado por ZP, llevara a reeditar el Tripartito con los independentistas de ERC. Algo que podría cambiar, una vez que los republicanos de Carod Rovira dejaron plantado al nuevo alcalde socialista de Barcelona, Jordi Hereu, que deberá gobernar en minoría.
En la política española sólo hay un concepto clave: el social-nacionalismo. El peligro estriba en que muchos votantes socialistas no admiten una alianza con los nacionalismos que quieren trocear España… como se demostró en las pasadas elecciones del 27 de mayo. Dicho de otra forma, lo que busca ZP para Cataluña es un nuevo Gobierno social-nacionalista, entre PSOE y CIU, antes de que la crisis interna de CIU les lleve a una alianza con el PP.