El pasado sábado 5, el diario español ABC publicaba un libro sobre el golf más cuatro suplementos extra que sumaban un total de 132 páginas, cuatro más que el resto de los diarios: uno sobre Portugal y la Eurocopa, otro sobre Nacional Geographic, un tercero sobre la procesión del Corpus en Toledo y el último, el único recurrente, era el suplemento cultural del diario. A eso añadan el suplemento de color Mujer Hoy y una serie de verdaderos libros publicitarios. Ese mismo día, en cualquier quiosco español, se ofrecían hasta 9 y los distintos diarios nacionales regalaban, o vendían a bajo precio, hasta 10 películas de cine o documentales más o menos especializados. 

 

Es cierto que los periódicos, en toda Europa y en Estados Unidos, están resistiendo la tendencia al descenso de ventas, pero lo hacen a costa de carísimos obsequios o de regalos a bajo precio. Este ansia por los reglaos es lo que precipitó la caída de los semanarios, que en España aún no se han recuperado. Parece el preludio de la tragedia. Entre la prensa gratuita y la electrónica, la prensa de pago atraviesa su crisis más estructural.