El gobernador MAFO necesita que el proyecto salga adelante y presiona a Botín. Si Rato fracasa la paralizada reforma de las cajas de ahorros se vendrá abajo.
Lo escribía ayer el director de Hispanidad: la llamada reforma financiera, o conversión de las cajas de ahorros en bancos, está paralizada. El Ejecutivo no lo ha podido hacer peor y en el sector hay quien piensa que el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez (MAFO) no dimite por dos razones: no quiere y no puede. En pleno proceso de innecesaria reforma, con todo el sector cajero patas arriba, no hay que hacer cambios, pero su fracaso es absoluto.
A la desesperada, MAFO, quien no ha conseguido que los bancos -sobre todo los dos grandes, Santander y BBVA-, compren cajas en crisis, especialmente la CAM. Por eso, ha puesto toda la carne en el asador para que, al menos, el proyecto Bankia, o fusión de siete cajas de ahorros, salga adelante. Y es que, si fracasa, la reforma se irá definitivamente al garete. Si triunfa, habrá alguna posibilidad.
Triunfar significa que Bankia coloque el 35% del capital de la nueva entidad y obtenga por ello más de 3.000 millones de euros. Así que el gobernador ha acudido en su ayuda exigiendo al Santander que actúe como banco colocador y animador de la colocación, si ustedes me entienden. Y Botín ha dicho que sí. No está claro qué pedirá a cambio pero al menos el envite está ahí.
Y es que en España todo pasa por E o B, por Emilio o por Botín.
Además, el Gobierno presionará a Mapfre para que no dé marcha atrás en su proyecto de entrar en Bankia, bastaría con entre un 5 y un 10% del capital.
Miriam Prat
miriam@hispanidad.com