Tal y como informamos en nuestra edición del viernes 26 de agosto, el consejo de Ministros aprobó el reparto de 50 millones de euros adicionales para financiar los programas autonómicos de dependencia. Se trata, según la información gubernamental de "proyectos piloto". Y es que el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ha financiado proyectos originales, novedosos. O sea, humo sin explicitar los requisitos para que las CCAA concurrieran.
El efecto ha sido el esperable: las CCAA socialistas han resultado privilegiadas en el reparto de estos fondos que -por otra parte- se han visto seriamente menguados: la oferta inicial ascendía a 1.000 millones de euros. Pero lo peor han sido las formas. Los populares tienen constancia de la reunión previa a la sectorial para negociar el reparto porque el convocante fue tan torpe de remitir la previa por fax a todas las CCAA. "Conservamos ese fax enmarcado", señalan a hispanidad fuentes de una consejería pepera.
En esa reunión previa se decidió el reparto. Y en la sectorial se sugirió a las CCAA que enviaran proyectos novedosos y originales sin fijar criterios objetivos de reparto. Al final ha pasado lo esperable: el reparto de fondos se ha realizado con criterios partidistas. El antecedente amenaza con repetirse en la Cumbre de Presidentes, así que el Secretario de Economía del PP, Miguel Arias Cañete, ha amenazado con levantarse de la mesa.
Y es que se repite la misma historia: la oferta gubernamental no se conoce sino por globo sonda a través de El País. No hay criterios objetivos encima de la mesa. Y lo que es peor, ahora no se habla de 50 millones de euros, sino de 3.000. Así que el PP presiona para que el gobierno se muestre transparente más allá de la foto que Zapatero buscará con Rajoy.
En el fondo del debate, la corresponsabilidad fiscal. El vigente modelo de financiación autonómica no tuvo en cuenta el incremento poblacional provocado por la avalancha migratoria. Y el gran beneficiado de ese incremento está siendo el Estado. Pero salvado este ajuste, las CCAA deben de asumir su responsabilidad en la gestión. Y la corresponsabilidad, en demasiadas ocasiones deviene en irresponsabilidad, como denuncia MAFO.
Los mismos populares reconocen gastos populistas en sus mismas CCAA. La práctica de salvar las cuentas derivando gasto a las empresas públicas autonómicas es demasiado habitual. Así que la política del céntimo sanitario anunciada ahora por Andalucía es muy sana. Pero en cuanto a los fondos estatales para salvar el déficit sanitario lo que hace falta es más transparencia y menos chulería. Las declaraciones de Pepiño Blanco en el sentido de que "son lentejas": si quieres las comes y sino, las dejas, no son de recibo. El uso partidista de los fondos estatales en el reparto de los fondos de dependencia, tampoco.