A través de José Miguel Contreras, el principal asesor de Zapatero en materia de Comunicación, Alfredo Pérez Rubalcaba, consiguió que Juan Menor, director de Televisión Española con el PP, emitiera Asesinato en febrero, película-reportaje que trata del asesinato del parlamentario socialista Fernando Buesa y de su escolta, Jorge Díez. Se emitió el sábado 13 de marzo, a pesar de que Telemadrid ya la había emitido el día anterior. El PSOE utilizaría luego la emisión de esta película para acusar al Gobierno Aznar de insistir en la tesis de ETA como autora de la masacre del 11-M. A cambio, Menor recibió la promesa de mantenerse en el cargo si el PSOE triunfaba, promesa que se ha cumplido... durante nueve meses.
El pasado lunes 20, la directora general de RTVE, Carmen Caffarel, anunciaba el cese de Juan Menor y su sustitución por Manuel Pérez Estremera, director del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales.
Ha sido la vicepresidenta primera del Gobierno, Teresa Fernández de la Vega, quien ha empujado a Estremera hacia la Dirección de TVE. La directora general Caffarel sigue ejerciendo como mujer de paja, obediente a las órdenes del Ejecutivo. Ahora bien, quien dio el nombre no fue la vicepresidenta, sino el secretario de Estado de Comunicación, Miguel Barroso, y el precitado José Manuel Contreras, los mandamases de la comunicación y la propaganda gubernamentales. Contreras es el hombre clave de Globomedia, la productora más afín al PSOE, que sigue en proceso de fusión con la catalana Mediapro, de Jaime Rouras, el hombre que capitaneó la rebelión del mundo del cine contra José María Aznar y a favor del ascenso de los socialistas al poder.
Contreras y Barroso llegaron hasta Caffarel, tras aconsejar a Zapatero que la directora del Ente público RTVE fuera mujer y académica. Del mismo modo, para dirigir TVE han optado por un rojo bonachón, al que la ministra de Cultura (de quien dependía hasta el momento), Carmen Calvo, había prohibido hablar. En definitiva, Estremera no es un progresista, sino un hombre de la izquierda marxista que no oculta sus convicciones y que, naturalmente, ha pasado por el grupo Prisa-Sogecable, donde fue responsable de cine. Contreras y Barroso, que controlan a la perfección la radio y la televisión públicas (el primero hace buenos negocios con ella, además), han decidido que alguien situado a la izquierda sería lo más conveniente. La verdad es que entre la plantilla de la televisión pública todos están convencidos de que Estremera va a mandar tanto como en la Dirección General de Cinematografía: nada.