Monseñor Jaume Pujol habla de la obligación de no obedecer las leyes que se oponen al orden moral
El cristiano tiene obligación de comportarse como buen ciudadano. Debe de reconocer la autoridad legítima, pagar impuestos y obedecer sus leyes. Es un deber moral. Pero junto a ese deber, está la conciencia. Y hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. Lo dice monseñor Pujol en relación a la Ley Aído. No pide protección por la vía de la objeción de conciencia. Tampoco llama a la rebelión. Simplemente recuerda la obligación de conciencia del cristiano. Sean las consecuencias las que sean. No se pierdan este artículo de Religión en Libertad que desgrana el asunto.
Andrés Velázquez
andrés@hispanidad.com