Meses de rumores quedan ahora desmentidos de forma oficial y tajante: portavoces oficiales, al más alto nivel, del Banco Popular han negado a Hispanidad cualquier interés por una fusión con el BBVA. De hecho, en la City ya se daba por descontado que el futuro del BBVA estaba ligado al Popular (lo que significaría una absorción que no proporcionaría un especial crecimiento), o al Santander, en cuyo caso al banco de Francisco González (FG) le tocaría el papel de absorbido.
Ahora bien, mientras una concentración entre Santander y BBVA puede gustarle al Gobierno español, por aquello de crear el primer banco de la Unión Europea, y con un poco de suerte, del mundo mundial -eso viste mucho-, una unión entre Popular y BBVA agrada, y mucho al consejero delegado del BBVA, José Ignacio Goirigolzarri, perpetuamente enfrentado con su presidente, FG, quien le tapone su escalada hacia lo más alto y que aún quiere quedarse cinco años más en el cargo. No es que el Popular aporte mucho tamaño al BBVA, pero sí aporta accionistas de referencia (como Allianz o Américo Amorim) que no le deben el puesto a FG. Justo lo que precisa Goiri.
Por otra parte, el rechazo del Popular a las pretensiones de Goirigolzarri serán bien recibidas en can Sabadell. A estas alturas, no es ningún secreto que el Sabadell, más pequeño que el Popular, tiene la histórica pretensión de hacerse con él. Por el momento, Jospep Oliú lo tiene difícil.