El nombramiento de Borja García Carvajal ha dado mucho de qué hablar. El manifiesto Sin medias tintas ha gustado a liberales por proponer el despido libre, la eliminación de las subvenciones de los sindicatos, la eliminación de la SGAE y la transparencia fiscal para que todos los ciudadanos sepan qué están pagando con sus impuestos. Es la plasmación de lo que García Carvajal califica de valor de la libertad del PP.
En el manifiesto se habla también del relativismo moral. Incluso se menciona a Juan Pablo II. Lástima que sea sólo un papel, porque ni él ni su equipo se han batido el cobre en eso que califican valores. Es más, en su discurso de investidura como presidente de NNGG de Valladolid señaló en al menos dos ocasiones que no le importaba ni el aborto ni la eutanasia porque eran cortinas de humo de Zapatero. Tan poco le importa que el pasado mes de marzo un miembro de la junta directiva de NNGG de Valladolid organizó un ciclo de siete conferencias en la universidad con un claro tinte provida. No sólo no contó con la colaboración económica de García Carvajal, sino que el actual presidente metió palos en las ruedas por tratarse de temas polémicos.
En realidad, esto de no meterse en temas polémicos viene de escuela. El presidente de NNGG de Castilla y León, Alfonso García Vicente, señaló recientemente que el aborto, la eutanasia y la historia son debates de cafetería. Por supuesto, no todo el mundo en NNGG está de acuerdo. Algunos críticos ya han elaborado un video censurando una visión tan economicista de la política y concluyen que es necesario otro liderazgo.
Por lo demás, este Garcia Carvajal que presume de defender valores que nunca concreta, tiene claro que el preservativo es bueno y que hay que promocionar la normalización de su uso en el ámbito escolar. Es lo que tiene no ser relativista.
¿Cuál es su ideología? Depende. Si nos fiamos de lo manifestado al 20 minutos, digamos que es blandiblu. Según él, derechas o centro son términos del pasado. Sin embargo, si hacemos caso de lo manifestado a El Día de Valladolid, resulta que este joven de 24 años es de derechas. ¿En qué quedamos?
Es el mejor ejemplo del político fabricado en las faldas de sus mayores. Y es que hay que recordar que García Carvajal y su equipo fue la fiel infantería del actual presidente del PP de Valladolid, Ramiro Ruiz Medrano. Fueron los que le hicieron el trabajo de oficina de su candidatura. Ahora, favor por favor. Y no muy limpio. Ni transparente, ni democrático. Ni participativo.
Resulta que García Carvajal comunica la convocatoria del congreso un día antes de que se celebre. Para presentar candidatura alternativa hacen falta 50 firmas de socios que hay que presentar a las 12,00 del día siguiente. Cumple la formalidad, pero no el espíritu. Y así logra ser candidato único y además ser elegido a la búlgara, con el 94% de los votos. ¿Muchos? No tantos. De los 1052 afiliados de NNGG en Valladolid, sólo asistieron al X Congreso 152, de los que 144 le votaron. En resumen: ha logrado desmovilizar a las bases.
Es lo que pasa cuando se huyen de los debates fundamentales y cuando se trata de marcar distancia con lo que él califica de asociaciones en blanco y negro que tratan de marcar la pauta al PP. Es el resultado de un declarado agnóstico que apela a Juan Pablo II, no sabe si es de derechas, de centro o medio pensionista y necesita recurrir a triquiñuelas para salir por la puerta grande. Y camino estrecho. Porque los 'pelotas' tiene el camino estrecho hasta en política. Porque las bases no se chupan el dedo. Y no todos aplaudieron a rabiar sus mensajes multicolor barnizados de eclecticismo ideológico. La contestación está en casa. Y los debates tendrá que afrontarlos. En blanco y negro o en color.